Desde la perspectiva sanitaria, los profesionales de la medicina y las distintas instituciones dedicadas a la salud, nacional e internacionalmente, nos han proporcionado las herramientas para luchar contra la pandemia: 1) lavado frecuente de manos, 2) distanciamiento físico y 3) uso de tapabocas. Se trabaja intensamente por desarrollar e inmunizar a la población con las distintas vacunas que, en tiempo récord, se han elaborado, pero erradicar la enfermedad tomará años. Sin embargo, desde la dirigencia política también podemos hacer nuestro aporte en la lucha contra el coronavirus, a continuación daré algunas de las iniciativas que se pueden ejecutar a nivel municipal para asumir el desafío (obviamente, el primer requisito es contar con alcaldes y concejales que no estén pintados en la pared o mirándose el ombligo).
Los municipios opacos y corruptos cuyas autoridades no se encuentran sometidos a control político parlamentario, no pueden enfrentar el coronavirus con éxito. En tales circunstancias, los alcaldes y concejales tienen todos los incentivos perversos que los hará privilegiar el cuidarse a sí mismos antes que a los vecinos y, por tanto, los ciudadanos están expuestos a la desinformación y las vulnerabilidades asociadas. Es claro que el llamado es a cumplir el ABC que los municipalistas de AD – Carabobo hemos promovido desde hace una década: 1) Transparencia, 2) Rendición de Cuentas y 3) Contraloría Social.
En el municipio Libertador estamos a años – luz de las buenas prácticas gerenciales propias del gobierno abierto. Lamentablemente, el Concejo Municipal no interpela públicamente a ningún funcionario de la Alcaldía, es más, ni siquiera tenemos noticia de si han podido siquiera sesionar y deliberar para legislar escuchando a los electores. Obviamente, el rol del Concejo Municipal ha sido nulo para promover que el CESADE, la dependencia sanitaria de la Alcaldía, emita transparentemente los datos sobre la incidencia de casos de coronavirus en la jurisdicción, número de pruebas aplicadas, disposición de camas hospitalarias y capacidad de respuesta para los casos graves. Sin esa información, los ciudadanos no tienen conciencia de la gravedad de la enfermedad, ni pueden tomar decisiones con criterio informado.
El Gobernador Rafael Lacava informó escuetamente que existe un riesgo cierto de desbordamiento de la capacidad sanitaria para atender los casos en Carabobo, ¿el alcalde Juan Perozo ha dado la información correspondiente al municipio que dice gobernar?. Vamos, no es tan difícil, tenemos dos ambulatorios dependientes de Insalud, uno dependiente del IVSS, el CESADE, la maternidad María Ibarra y tres Centros de Diagnóstico Integral, recopilar esos datos y hacerlos públicos diariamente no es equivalente a enviar una nave al planeta Marte, es solo un ejercicio de responsabilidad gubernamental de carácter ordinario. Si no hay transparencia en la información pública, en el municipio y en todo el país, la ciudadanía se hace presa del rumor, de las teorías de la conspiración, del miedo y de preferir quedarse en casa tomándose malojillo antes que ir a un centro de salud en caso de presentar los angustiantes síntomas.
La falta de rendición de cuentas es un vacío tan grande que se llena con propaganda, discursos sin base y solidaridades automáticas. El Concejo Municipal de Libertador tiene mayoría oficialista y el alcalde es miembro del PSUV ¿la consigna es “entre bomberos no se pisan la manguera”?. Desde AD presentamos nuestra propuesta de una Ordenanza de Transparencia Municipal, fue ignorada mucho antes de la llegada de la pandemia, hace años el municipio Libertador dejó de contar con corresponsales de prensa de los diferentes medios, hace años la alcaldía logró que las emisoras de radio local cerraran sus programas de denuncia ciudadana (entre ellos mi programa “Opinión Dinámica” en Dinámica 99.9 FM). Hoy, la información pública es afanosamente silenciada por quienes tienen la obligación de hacerla conocer, es decir, por las autoridades públicas.
Ahora bien, el contexto de pandemia (máxime sin información pública creíble) exige mayor cuidado por parte de los ciudadanos. No obstante, el confinamiento no debe significar silencio. La Contraloría Social implica ciudadanos que usen los pocos medios disponibles para denunciar la realidad del municipio Libertador, ese no solo es un deber civil, que lo es y debemos ejercerlo, es que también es una forma de luchar contra la pandemia. Si denunciamos que los centros de salud de Libertador no tienen agua para lavarse las manos estamos luchando, al mismo tiempo, contra el virus y contra la indolencia gubernamental. Ahora, que tengo el honor de ejercer la Secretaría General de AD en el municipio Libertador, aunque somos una organización política víctima de la ilegalización, del secuestro de nuestra sede y de la persecución de nuestros dirigentes, para nosotros el silencio no es una opción. ¡Haremos todo a nuestro alcance para que la denuncia ciudadana sea escuchada!
Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica