Circo verbal
Volveré a escribir y tú volverás a leer, denunciaré las calamidades de nuestro tiempo y tú te conmoverás conmigo porque también las has vivido, tenemos las heridas abiertas, la carne viva, es irreparable el daño que el chavismo le causó a esa bella palabra que es Venezuela. Volveré a escribir y tú volverás a penar lo que escribo porque eres venezolano, y si no lo eres, me leerás y tragarás amargo como nosotros tragamos.
A menudo me pregunto ¿para qué escribo?, sufriré y sufrirás porque las calamidades son amargas e irreparables. Hago malabares con palabras para cautivar tu atención.
¿Leerás mi circo verbal?
A cien años
Escribiré y tú quizá no me leas, necesitas –lo entiendo– distraerte con otros circos, unos que no impliquen tanta desgracia y sufrimiento, como el nuestro. Igual, estés tú o no, seguiré escribiendo para que alguien lea, así sea a cien años de escrito esto. Y sí, escribiré y volveré a escribir para que al menos se sepa que el aborrecimiento a la calamidad chavista no sólo estuvo en las calles luchando y protestando, también la estuvo en el pensamiento y en la palabra. En todas partes.
El criminal de lesa humanidad Nicolás Maduro impide el ingreso de vacunas contra el Covid al país mientras el papá de un amigo acaba de morir, el hermano de otro también. Hace minutos.
Muertes y más muertes mientras el dictador baila.
Palabra tatuada
Mientas yo escribo y tú padeces lo que escribo, el liderazgo político también escribe un tuit denunciando la prohibición del ingreso de las vacunas, se queja, vuelve a escribir otro tuit y se va a la cama como si nada. ¿“Como si nada”? Soy injusto, probablemente también padecen y sufren y no saben qué hacer, la maldad –como a ti y a mí– los ha sobrepasado. Entonces me doy cuenta que quizá escribir no signifique mayor cosa ante tal crueldad, y me avergüenzo. ¿Escribir?
Van a morir miles de personas, ya están muriendo, por el virus chino. Pero también mueren por el crimen, mueren desnutridos, mueren huyendo de Venezuela. Mueren.
Muerte, esa es la palabra que nos tatúa el chavismo.
Ruina perenne
No dejar pasar unas vacunas para salvaguardar a un pueblo que diariamente muere a causa del chavismo, lejos de sorprendernos, confirma que lo escrito no ha sido en vano. Lo que sí sorprende es que no pase nada, que sigamos permitiendo (escribiendo, denunciando, quejándonos y volviendo a escribir) que esta ruina se perennice. No podemos echar culpa a otros sino a nosotros mismos. Tú y yo somos responsables. ¿Vamos a la cama como si nada frente a un apocalíptico Venezuela?
Yo no, por eso escribo, aunque sea reiterativo. Sé que tú tampoco, aunque tu sufrimiento sea reiterativo. Sin embargo, de la queja tenemos que pasar a la acción.
¿Será posible?
El adivino
En el año 2002 –está escrito–, profeta del desastre, anticipé que Venezuela viviría un holocausto caribeño, una calamidad histórica inenarrable, una crisis humanitaria y criminal sin parangón en la historia de Las Américas. Describí –escribí– casi a detalle el horror que padeceríamos. ¿Adivino? No, sabía que Chávez y su manada eran unos criminales de lesa humanidad y sabía además que ese tipo de personalidades no cambian jamás, son la peor estirpe criminal que existe. Reincidiría, empeoraría y volvería a reincidir y empeorar.
Fácil suponer, muy fácil, que los criminales harían lo que fuese para mantenerse en el poder y lo seguirán haciendo, cruel y vilmente. No les importa nada. Por eso lo escribí.
¡Y lo volveré a escribir!
Todo empeorará
Las razones por las cuales no dejan pasar las vacunas son obviamente políticas, no quieren que el presidente Guaidó se llevé ningún crédito ni desean reconocer que la Asamblea legítima es la que él preside. No les importa el sufrimiento venezolano ni les importará jamás. Todo empeorará, no hay manera de que cambien, son –insisto– unos criminales de la peor estirpe. Lo escribo y lo volveré a escribir porque lo cierto es que, si no hacemos algo, el holocausto se perennizará, será peor.
Volveré a escribir y tú volverás a leer porque siempre, con estos criminales, habrá peores calamidades. Usé un circo verbal, hice malabares con las palabras, porque ya no sé de qué manera denunciarlo.
Nos atañe a ti y a mí, también a los políticos que escriben tuits, finalizar esta calamidad.
¿Hacemos algo?