Los funcionarios fronterizos estadounidenses notaron una creciente tendencia entre los cárteles de la droga y los traficantes de rastrear e identificar mediante pulseras de plástico de diferentes colores a las personas que pagan para cruzar ilegalmente el río Grande hacia el territorio estadounidense.
Por RT
Matthew Dyman, portavoz de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU., dijo a Reuters que agentes de la Patrulla Fronteriza en el sector del valle del río Grande, que se extiende por más de 88.000 kilómetros cuadrados a lo largo de la frontera en el sureste de Texas, vieron durante varias detenciones a migrantes que llevaban brazaletes.
Según explicó, “la información de las pulseras representa una multitud de datos que utilizan las organizaciones de contrabando, como el estado de pago o la afiliación con grupos de contrabandistas”. Se supone que los brazaletes son un sistema para designar quién pagó por el derecho de transitar a través del territorio de un cártel para evitar asesinatos ‘por error’.
Un migrante de Honduras en Reynosa relató a Reuters que pagó 500 dólares a uno de los grupos criminales de la ciudad a su llegada, hace unos meses, y mostró una foto de la pulsera morada que llevaba para protegerse contra el secuestro o la extorsión. Compartió también que una vez que los migrantes o los traficantes han pagado por el derecho a cruzar el río, también controlado por grupos criminales, recibían otro brazalete.
En febrero, los agentes fronterizos estadounidenses llevaron a cabo cerca de 100.000 detenciones o expulsiones de migrantes en la frontera entre EE.UU. y México. La situación actual en la frontera ha sido catalogada de crítica, a pesar de que el Gobierno de Joe Biden niegue la existencia de una crisis generada por el aumento del flujo de migrantes que buscan cruzar al territorio estadounidense en medio de las difícil situación económica y sanitaria por la pandemia en la región.