Carlos Ochoa: La comuna malandra

Carlos Ochoa: La comuna malandra

La épica de las revoluciones o las revueltas que pretenden ser consideradas como tales, casi  siempre tienen un desenlace trágico, porque al girar sobre sí mismas regresan al punto de partida inicial, exhaustas, agonizantes, eso ocurrió con el comunismo soviético y  todos los países bajo la llamada cortina de hierro que dividió a Europa en el siglo pasado y es la suerte que le espera a la revolución cubana y a la dictadura de Corea del Norte, esto es así porque después de la tormenta huracanada que no deja piedra sobre piedra, destruyendo todo a su paso con la promesa de construir un nuevo orden más equitativo e igualitario, un protagonismo con los de abajo, como el título de la novela del mexicano Mariano Azuela publicada en 1916, no queda nada que trascienda, que merezca ser rescatado por la historia como testimonio positivo de lo vivido, porque si se destruye lo que ha costado tanto construir con aciertos y errores, es prácticamente imposible levantar de las ruinas,  con demagogia y engaño un hombre nuevo como el que prometieron las revoluciones comunistas del siglo XX y promete por estos predios en su tercer y último acto de su puesta en escena el socialismo bolivariano del siglo XXI.

En 2007 los venezolanos rechazamos con votos la reforma constitucional que propuso Hugo Chávez, en esa reforma se derrotó la propuesta del estado comunal, que luego Chávez burlando la voluntad popular introduciría de contrabando inconstitucionalmente con la complicidad de un TSJ  que permitió que tal barbaridad se convirtiera en ley de la república, produciendo  la protesta de juristas, Facultades de Derecho, Academias Nacionales, personalidades y organismos internacionales, que no sólo cuestionaron el procedimiento sino que también observaron que la implantación de un estado comunal significa,  el finiquito histórico de la República de Venezuela constituida y refrendada el 5 de julio de 1811.

La pregunta que hay que responder es: ¿qué busca Maduro con el estado comunal en esta hora menguada de su gobierno, acosado como está con acusaciones y sanciones? La respuesta es la de siempre, busca ganar tiempo, pero no con el formato convencional de los diálogos que lucen agotados, principalmente porque no está dispuesto a ceder nada a menos que se le obligue y ese no es el caso, arrinconado como está puede resistir uno, dos, unos cuántos round más, por eso relanza lo del estado comunal, pero no el que pensó Chávez y Fidel Castro que contenía algo de ideología revolucionaria o al menos eso parecía, el estado comunal de Maduro se parece más a un feudalismo malandro que al movimiento comunero del siglo XIX, los tiempos cambian y hay que adaptarse a lo que hay. Maduro tiene capacidad de adaptación y camuflaje y como el personaje de la popular  telenovela “Por estas calles” Eudomar Santos, parte del “cómo vaya viniendo vamos viendo”, esta estrategia pragmática junto con  la repetición de mentiras, la criminalización de la oposición y promesas que nunca va a cumplir, son parte de la receta que aplica para mantenerse en el poder.





La rebelión de los pranes como la que protagonizó el Coqui en la Cota 905 y otros que desafían la autoridad de la policía y sus fuerzas especiales se están haciendo rutina, Para frenar estas acciones Maduro tiene que renovar los pactos con estas bandas armadas por el propio gobierno con nuevos incentivos, de manera similar se están cumpliendo los compromisos con los disidentes de las FARC lideradas por Iván Márquez y el ELN que han declarado defender a Maduro con las armas, las denuncias que se hacen desde Colombia apuntan a que estas fuerzas irregulares controlan vastos territorios que les permite continuar con el tráfico de drogas desde Venezuela, esas actividades ilegales junto con la explotación de oro, diamantes y otros minerales valiosos en el llamado Arco Minero, constituyen una mafia que opera bajo el régimen de concesiones y acuerdos que nadie sabe con certeza cuáles son sus condiciones y alcances porque son secretos, la opacidad institucional impide que la Asamblea Nacional legitima cumpla con su función contralora, esa circunstancia coloca la actividad minera legal e ilegal a un mismo nivel.

La convocatoria a elección de gobernadores por parte de Maduro no ha logrado motivar a la  militancia del PSUV, porque se encuentra contra la pared al igual que el resto de los venezolanos por la ya larga crisis que nos agobia y para la cual el gobierno no tiene respuestas. La oposición liderada por Guaidó y respaldada por un grupo importantes de democracias en todo el mundo ha sido firme, no se puede participar en ninguna elección sin un acuerdo serio que garantice condiciones electorales creíbles. Esta decisión de la oposición junto con el ajuste correcto de darle prioridad a la agenda de crisis social y sanitaria, tramitando y adquiriendo vacunas por el mecanismo Covax para proteger al personal sanitario y a la población de más alto riesgo hizo patinar a Maduro, pues al negar la entrada de estas  vacunas sin argumentos científicos, queda expuesto su punto débil que es su incapacidad para solucionar problemas  y pasa a prometer una supuesta vacuna cubana para julio dejando a Venezuela rezagada en la vacunación masiva a nivel continental y mundial, pero aprovecha lo único que puede hacer sin vacunas que es acentuar el confinamiento, hay que recordar que en Cuba está restringido el libre tránsito entre provincias desde los comienzos de la dictadura, la movilización de personas está controlada por el estado, ese modelo de control es al que aspira Maduro con la implementación del estado comunal para ciertas zonas del país y sectores de Caracas y otras ciudades, entre las que deben estar las fronterizas con Colombia y Brasil por las razones que ya conocemos. La amenaza del estado comunal de Maduro tiene como objetivo el control social de zonas calientes del país limitando las libertades individuales, para tomarse con calma la renegociación en la sombra de los acuerdos con los grupos de apoyo, que seguramente  exigen  una mayor y mejor repartición de negocios y territorios que aseguren ganancias e impunidad y a la vez permita la continuidad del saqueo de Venezuela, en eso no hay nada épico ni glorioso, en esto están claros muchos oficiales de las Fuerzas Armadas, por lo que comentan los expertos en el tema militar y con ellos la mayoría descontenta de venezolanos, que no ven como el estado comunal pueda solucionar o mejorar en algo, la deteriorada situación para la cual el gobierno carece de soluciones.