El informe anual sobre los Derechos Humanos de la diplomacia norteamericana afirma que, durante las excepcionales circunstancias de una pandemia mundial, el régimen chavista de Venezuela ha aprovechado para afianzarse en el poder, aumentando su corrupción y represión con la ayuda de sus socios cubanos. De hecho, en su listado de prioridades, este informe, relativo a 2020, asegura que «la corrupción de Nicolás Maduro agravó la terrible crisis humanitaria del pueblo venezolano», algo que pone al nivel solo de la guerra en Yemen, el acoso a los opositores de Vladímir Putin en Rusia, los crímenes contra la humanidad en Siria y la persecución de las minorías étnicas y religiosas en China.
Según el informe, «el régimen ilegítimo de Maduro amenazó, acosó y arrestó a periodistas, políticos de la oposición y trabajadores de la salud por informar sobre el Covid-19 y la respuesta a la pandemia. [La organización] Espacio Público documentó al menos 59 arrestos hasta septiembre por cobertura de Covid-19». Este documento, hecho público este martes, denuncia que Maduro renovó tres veces un estado de alarma emitido el 13 de marzo, alegando como motivo la pandemia de Covid-19, «y se otorgó el poder de restringir los derechos previstos en la constitución».
«El decreto de emergencia de 60 días, que por ley es renovable una sola vez y requiere un aval para ser efectivo, permite al presidente bloquear cualquier acción que considere que podría “socavar la seguridad nacional” u “obstruir la continuidad de la implementación de medidas económicas para la reactivación urgente de la economía nacional”». El informe recoge las muchas denuncias de asesinatos extrajudiciales, secuestro y tortura por parte del régimen con ayuda de los servicios de inteligencia y seguridad cubanos.
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