La investigación para esclarecer la muerte del oso Cachou, un oso pardo envenenado en los Pirineos españoles el año pasado, llevó a las autoridades locales a desmantelar una red de tráfico de cocaína con origen colombiano y llevar a la justicia a 12 personas involucradas.
Todo comenzó en abril de 2020 cuando se descubrió el cadáver del oso en un bosque de Les, en la región de los pirineos. Aunque al principio se dijo que había muerto tras ser atacado por otro animal, el caso quedó bajo reserva del sumario y más tarde trascendió que la causa real fue envenenamiento con etilenglicol. Los investigadores determinaron que bebió el anticongelante entre los días 25 y 26 de marzo y falleció dos semanas más tarde.
El caso causó gran revuelo en los pirineos, al formar parte Cachou de una especie protegida por estar en vía de extinción. Esto llevó a que Los Mossos d’Esquadra (la policía catalana) y los Agentes Rurales empezaran una exhaustiva investigación para determinar las circunstancias alrededor de la muerte del animal.
Los Mossos intervinieron los celulares de seis sospechosos como parte de la pesquisa, y fue allí cuando descubrieron que algunas de las conversaciones versaban sobre el tráfico de cocaína en la zona del Vall d’Aran.
La nueva evidencia motivó la apertura de una investigación paralela, que derivó en la desarticulación de la red de narcotráfico luego de la interceptación de dos kilos de cocaína y el descubrimiento de una laboratorio en Vielha (municipio español de la provincia de Lleida), donde se transformaba la pasta de coca que llegaba importada desde Colombia en droga para el consumo.
En consecuencia, la jueza del juzgado único de Vielha envió a prisión a 5 de los 12 investigados, acusándolos de delitos contra la salud pública, pertenecer a una organización criminal y blanqueo de capitales.
Los otros siete implicados fueron puestos en libertad condicional. No obstante, se les retiró su pasaporte y se les impuso una prohibición para salir del territorio y la obligación de comparecer periódicamente ante la autoridad judicial.
Cinco de las detenciones se produjeron en la comunidad valienciana de Castelló de la Plana y las otras siete entre Lérida y Vielha, incluyendo la del alcalde de Casau, que fue uno de los que finalmente quedó en libertad.
En el caso de la muerte del oso, la jueza cerró el caso con dos acusados de su envenenamiento y determinó que lo habrían asesinado porque causaba problemas a los ganaderos, pues mataba a algunos animales y lo consideraban una amenaza.
Estas pesquisas llevaron a Aran Medán, un agente rural acusado presuntamente de liderar el plan para asesinar al animal, que fue encontrado en un barranco de 40 metros de profundidad, a ser procesado formalmente.
En el caso de la red de tráfico de drogas la investigación continúa abierta y no se descarta que derive en nuevas detenciones y condenas.