Durante algunos veranos, cuando sube la temperatura del agua del Caribe, las luminosas colonias de corales de color dorado, verde y azul que rodean a la isla de Cuba dan paso a manchas de esquelético blanco.
Los flujos tecnicolor de peces tropicales parpadean con menos frecuencia. Los sonidos ásperos de las langostas se silencian.
Si bien la vida marina de Cuba ha sufrido la sobrepesca y contaminación, hay una creciente evidencia de que el calentamiento de las aguas por el cambio climático también puede estar afectándola, tanto en la costa de la isla como globalmente.
Una investigación publicada el lunes indicó que el número total de especies de aguas abiertas se redujo aproximadamente a la mitad en 40 años hasta el 2010 en zonas marinas tropicales de todo el mundo. Durante ese tiempo, las temperaturas de la superficie del mar en los trópicos aumentaron casi 0,2 grados Celsius. (Estudio: https://bit.ly/31KA1mC)
“El cambio climático ya está afectando la distribución de la diversidad de las especies marinas” y los cambios son más dramáticos en el hemisferio norte, donde las aguas se han calentado más rápido, dijo la coautora del estudio, Chhaya Chaudhary, una biogeógrafa de la Universidad Goethe.
Si bien numerosos factores como la sobrepesca han impactado a las especies tropicales, el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences halló una fuerte correlación entre el declive de las especies y el aumento de la temperatura.
La diversidad de especies de peces tendía a estabilizarse o a disminuir en 20 grados Celsius o más, según investigadores.
“EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS”
Aunque estudios anteriores han mostrado que el calentamiento del océano está impulsando a algunas especies a migrar a aguas más frías, la nueva investigación intenta medir ese impacto de manera más amplia, analizando datos de 48.661 especies marinas, incluidos peces, moluscos, aves y corales, desde 1955. (Fuente de datos: https://obis.org/about)
El conjunto de datos es una muestra representativa del 20% de todas las especies marinas de aguas abiertas y que habitan en el lecho marino, como corales y esponjas, dijeron investigadores.
El número de especies adheridas al lecho marino se mantuvo algo estable en los trópicos entre las décadas de 1970 y 2010, según el estudio. Algunas también se encontraron más allá de los trópicos, lo que sugiere que habían ampliado su alcance.
En otras palabras, las especies que pueden moverse lo están haciendo, afirmaron los científicos.
“En la historia geológica, esto ha ocurrido en un abrir y cerrar de ojos”, dijo Sebastian Ferse, ecólogo del Centro Leibniz de Investigación Marina Tropical, quien no participó en el estudio. “Ver que tales cambios ocurren tan rápidamente es algo bastante alarmante”, agregó.
Para especies como los corales, moverse no es una opción.
“Una de las grandes preguntas es ‘¿podrán los arrecifes de coral como ecosistemas y los corales como especie moverse al norte o sur lo suficientemente rápido como para adaptarse a un clima cambiante?'”, dijo Ferse.
CORALES DE CUBA
Hacer que los peces y otros nadadores se desplacen rápidamente a aguas más templadas podría devastar los ecosistemas de coral que dejan, junto con cualquier industria pesquera y turística que dependa de ellos.
Esos cambios “pueden tener un impacto realmente enorme en algunas de las comunidades humanas más vulnerables alrededor del planeta”, dijo Stuart Pimm, un científico de conservación de la Universidad de Duke no involucrado en el estudio.
Para Cuba, tal impacto podría desbaratar los esfuerzos de la isla para administrar sus jardines submarinos, aunque sus corales han estado menos agobiados por el desarrollo costero y la contaminación que los corales de otros lugares. Son considerados más resistentes al calentamiento de los océanos.
“Es impresionante regresar a un área que experimentó una decoloración significativa el año anterior, pero luce perfectamente saludable un año después”, dijo Daniel Whittle, director del programa del Caribe en el Fondo de Defensa Ambiental.
Cuba abrió su primer vivero de arrecifes de coral hace cuatro años para investigar qué especies lidiaban mejor con el calentamiento y, eventualmente, repoblar los arrecifes agotados. El país también está restaurando los manglares costeros, que sirven como criaderos y refugio de peces.
Reuters