Joaquín el Chapo Guzmán dice de sí mismo que su única adicción es a las mujeres: tres matrimonios y algunas parejas sin boda de por medio dan cuenta de esa necesidad de compañía femenina.
Algunas de las mujeres que han dado su compañía al fundador del Cártel de Sinaloa fuera de un matrimonio no tuvieron un final feliz: la cárcel fue su destino luego de compartir un tramo de su vida con el narcotraficante.
Emma Coronel, la ex reina de belleza
Emma Coronel Aiuspuro no dejó el glamour ni los círculos sociales, tras la sentencia a cadena perpetua de su esposo. La ex reina de belleza, actualmente presa en Virginia, Estados Unidos, se enfrenta a cargos de tráfico de cocaína, metanfetamina, heroína, marihuana, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Además, es señalada de tramar junto a la gente de confianza de Guzmán Loera la fuga del narco del penal de Altiplano, en 2017.
La Kardashian mexicana —como es conocida en el país— conoció al Chapo en una fiesta. Ella tenía 17 años, él 51 y era amo de la organización criminal más importante del mundo.
Coronel es la tercera esposa de Guzmán, de quien siempre dijo era un hombre bueno, y que no le constaban que traficara drogas. También es la presunta sobrina de Ignacio Nacho Coronel, uno de los lugarteniente del capo.
De diputada a la chapodiputada
Lucero Guadalupe Sánchez era una joven diputada que a los 24 años de edad logró obtener una curul en el estado de Sinaloa, la tierra del Chapo Guzmán.
Una abogada que a los 21 años de edad coincidió en una fiesta con Guzmán Loera, que ya era ubicado como el líder del Cártel de Sinaloa y estaba en la lista de los más buscados, no solo en México sino también en Estados Unidos. El Chapo ya era un prófugo de la Justicia y no solo eso, estaba casado por tercera ocasión con otra joven mujer, Emma Coronel, a quien también conoció en una celebración cuando apenas tenía 17 años y él 49.
Lucero Guadalupe Sánchez visitó en 2014 al Penal del Altiplano, una prisión de máxima seguridad, con una identificación falsa. Se dijo que su objetivo era reunirse nada más y nada menos que con Joaquín el Chapo Guzmán que en ese entonces estaba preso en ese lugar. Comenzaron los problemas legales para ella: una denuncia por parte de las autoridades de la cárcel por usar documentación falsa. Ella negó tener algún vínculo con Guzmán Loera: “Lo he visto en ocasiones, pero no de cerca”, dijo.
Pero más tarde revelaría que “tuvo una llamada” con el capo, padre de más de 10 hijos. El motivo de la llamada, según su versión, no era amoroso sino profesional, pues el capo le habría pedido asesoría ante los presuntos ataques del que fueron objetivo sus hijos menores por los allanamientos de la Marina en algunas de sus propiedades.
Lucero perdió la protección constitucional como legisladora local, emprendió la huida de Sinaloa y en Estados Unidos fue detenida en 2017. Lucero pidió asilo político, el cual le fue negado, ya que en México era perseguida por las autoridades.
De legisladora pasó a ser conocida como la chapodiputada por sus presuntos vínculos con el capo de la droga. Su supuesta relación amorosa con El Chapo le costó estar presa ahora en Estados Unidos acusada de tráfico de cocaína, y enfrentaría una condena de hasta 20 años de cárcel.
“Hasta el día de hoy yo estoy confundida, porque yo creía que era una relación de pareja”, dijo durante su declaración en contra de el Chapo Guzmán, juicio en el que aceptó participar para obtener una reducción de su sentencia.
Zulema, un amor en prisión
Zulema Yulia Hernández era una reclusa del penal de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco. Ahí conoció al Chapo Guzmán. El pasado de Zulema no era el de una ex reina de belleza como Emma Coronel, sino que fue criada por una prostituta y con carencias afectivas y económicas.
Zulema contó al periodista Julio Scherer que compartía con Guzmán Loera el miedo a la pobreza y el abandono de su padre.
“El mismo pavor que él sintió lo siento yo. Ese era un hilo de comprensión entre nosotros. Yo también fui pobre, padecí mucho y padezco hasta la fecha una madre insoportable. Él padeció el yugo de un padre, el abandono del padre, el que lo corriera de su casa y lo mandara a trabajar con el abuelo, a las tierras, de día y de noche. Él lo vivió, y cómo lo superó, cómo tuvo que superarse, cómo tuvo que llegar a ser un hombre como el que es y todo el imperio que hizo”, aseguró.
Zulema estuvo presa y ahí sostuvo un supuesto romance con el capo. Per su destino final fue más severo: su cadáver fue encontrado en la cajuela de un auto el 17 de diciembre de 2008. Su cuerpo tenía marcada la letra z con la que se identificaba al grupo rival del Cártel de Sinaloa y del Chapo: Los Zetas.