Los diputados franceses examinaban este jueves un nuevo proyecto de ley para legalizar la eutanasia, pero la bancada conservadora planea torpedear la votación con una batería de enmiendas que haría imposible su aprobación en el plazo previsto.
De ratificarse este proyecto de ley, Francia se convertiría en el quinto país de la Unión Europea en despenalizar la eutanasia, tras Holanda, Bélgica, Luxemburgo y España.
Para el diputado Olivier Falorni, promotor del texto, autorizar la eutanasia permitiría poner fin a la “hipocresía” de dejar que los franceses se “exilien” en Bélgica o Suiza para recurrir a ella, o hacer la vista gorda ante los “2.000 a 4.000” procedimientos de eutanasia clandestinos que se llevarían a cabo cada año en Francia.
Esta ley es “más necesaria que nunca”, declaró Falorni, un ex socialista integrado ahora en una pequeña brigada parlamentaria que agrupa legisladores de centroizquierda y centroderecha.
“Debemos dar una respuesta aquí y ahora”, agregó, detrás de un pupitre en el que colocó la pila de enmiendas presentadas por los conservadores.
Su proyecto de ley establece que “toda persona capaz, mayor de edad, en estado avanzado o terminal de una enfermedad grave e incurable, cualquiera que sea su causa, que le produzca sufrimientos físicos o psíquicos que no puedan ser aliviados o que considere insoportables”, podrá solicitar “asistencia médica” para morir “con ayuda activa”.
El texto pretende dar una nueva respuesta al doloroso y delicado debate sobre el final de la vida y la eutanasia, cinco años después de la ley Claeys-Leonetti, que autorizó la sedación profunda y continua de pacientes terminales, pero cerró la puerta a la eutanasia activa.