¿Ganas de festejar? Presentamos las siete mejores celebraciones de la F1

¿Ganas de festejar? Presentamos las siete mejores celebraciones de la F1

La nueva temporada de Fórmula 1 ya está aquí. Tras el estrés de 2020, el zumbido de los neumáticos y el rugir de los motores serán música para los oídos de los aficionados a la F1, que se mueren de ganas de ver quién se lleva el gato al agua en esta temporada 2021.

Para festejar la vuelta del gran circo de la F1, en este artículo echaremos la vista atrás para revivir algunas de las celebraciones más memorables de este deporte. A veces, las emociones se apoderan de los conductores y sus reacciones al ganar una carrera o un campeonato resumen la esencia de la F1.





Lewis Hamilton: crowdsurfing

El crowdsurfing suele estar reservado a grandes rockeros, que se dejan llevar en volandas por encima del público en momentos de gran emoción. Sin embargo, Lewis Hamilton es lo más parecido a una estrella de rock que hay en la F1. El piloto inglés mantiene una relación sentimental con Nicole Scherzinger, líder de The Pussycat Dolls, e incluso Peter Bonnington, su ingeniero en Mercedes, dijo que, cuando lo conoció, «Hamilton parecía una estrella de rock».

Con tales antecedentes, es natural que Hamilton festejara su victoria en el GP de Gran Bretaña de 2016 como una auténtica figura del rock ‘n’ roll, saltando encima de los aficionados que festejaban su victoria en Silverstone. No nos extrañaría ver más celebraciones como esta en un futuro próximo.

Daniel Ricciardo: beber champán de una bota

Si pensamos en festejos, una botella de champán nos viene indefectiblemente a la cabeza. Esta bebida burbujeante es sinónimo de celebración y, por ello, nunca falta cuando alguien se lleva un pozo de la lotería o gana un acontecimiento deportivo. Ahora bien, ¿cuántas veces hemos visto que alguien beba champán directamente de un zapato?

Cada vez que sube al podio en una carrera, Ricciardo toma un buen trago de su bota, lo cual no creemos que ayude a mejorar su sabor. A menudo, más que beber, lo que hace es ducharse con el espumoso, algo que siempre viene bien después de una carrera tensa.

Todo apunta a que Ricciardo visitará muy a menudo el podio esta temporada, por lo que es probable que veamos su peculiar brindis en repetidas ocasiones.

Mark Webber: el salto

Podría decirse que saltar es una manera muy común de celebrar una victoria, pero los saltos de Webber cada vez que ganaba un gran premio eran realmente especiales.

El piloto australiano, que ya de por sí era muy alto para la F1, se impulsaba con fuerza hacia el cielo y estiraba las piernas de tal manera que verlo en todo lo alto era un auténtico espectáculo.

El salto se hizo famoso durante la época de Webber en Red Bull. Puede que el eslogan de la marca («Red Bull te da alas») explique los motivos por los cuales el piloto conseguía sostenerse tanto tiempo en el aire.

Lewis Hamilton: el dab

Qué año, 2016: importantes acontecimientos políticos, grandes triunfos deportivos y… el dab. Esta moda se popularizó en todo el mundo, y ni siquiera los personajes públicos consiguieron mantenerse al margen. No es de extrañar, pues, que el rey de las celebraciones de la F1 la adoptara cuando se impuso en el Gran Premio de Hungría de aquel año.

El movimiento, un simple gesto que consiste en dejar caer la cabeza al tiempo que se levantan los brazos, se usa para celebrar triunfos, cosa que hizo Hamilton nada más salir del coche tras cruzar la línea de cuadros en primera posición.

Como el dab está ya un poco pasado de moda, Hamilton ha usado otros gestos, como el arquero de Usain Bolt, para entretener a sus aficionados.

Ayrton Senna: el champán

Tal como hemos dicho anteriormente, el champán es la bebida más usada para celebrar triunfos, por lo que su presencia en los podios de la F1 está más que justificada. Ahora bien, hay momentos que se recordarán siempre, como los festejos de Ayrton Senna tras su victoria en Brasil en 1986.

En primer lugar, los tres pilotos que subieron al podio recibieron las botellas cerradas, lo cual no es nada habitual. Se pasaron un buen rato intentando abrirlas, lo que arrancó las carcajadas del público asistente.

Finalmente, y debido a todo el trajín, el champán salió disparado de las botellas y dejó a los pilotos totalmente empapados, sobre todo a Senna, que fue el objetivo principal de sus compañeros de podio.

La F1 no ha vuelto a vivir un momento tan hilarante con el champán como aquel.

Alan Jones: el trompetista inesperado

Imaginemos que nos pasamos la vida luchando por conseguir el sueño de ganar un Gran Premio y, cuando por fin lo conseguimos, nos ponen una canción que no viene a cuento.

Eso es justo lo que le pasó a Alan Jones cuando se llevó el GP de Austria en 1977: durante la ceremonia de entrega de premios, un problema con el sistema de megafonía impidió a los organizadores reproducir el himno nacional de Australia. Sin embargo, un aficionado que iba borracho irrumpió con su trompeta en las celebraciones y tocó varias canciones, entre ellas «Cumpleaños feliz».

A pesar de que no era su cumpleaños y de que la canción estaba totalmente fuera de lugar, por lo menos no tocó la Marcha nupcial de Mendelssohn.