El Kremlin consideró “positivo” este viernes el llamado de Joe Biden a la desescalada entre Estados Unidos y Rusia, estimando que Vladimir Putin está en la misma línea, lo que podría concretar una cumbre entre los dos presidentes.
Como es habitual tras cada batería de sanciones, la presidencia rusa calificó de “inaceptables” las nuevas medidas punitivas contra Moscú anunciadas la víspera por Washington.
No obstante, el Kremlin se mostró este viernes más bien satisfecho por las palabras del presidente estadounidense.
“El presidente Putin habló [en primer lugar] de la necesidad de normalizar las relaciones y de una desescalada […] así que es positivo que los puntos de vista de ambos jefes de Estado coincidan”, declaró el portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, quien sin embargo destacó que los dos países tienen multitud de desacuerdos.
Desde su llegada al poder, Biden ha prometido ser mucho más firme frente a Moscú que su predecesor Donald Trump, acusado de complacencia hacia Putin.
Pero el presidente de Estados Unidos propuso también a su homólogo ruso una cumbre “en un país tercero” y “en los próximos meses”.
“Ha llegado el momento de la desescalada”, dijo Biden el jueves.
La idea de una reunión fue bien recibida en Moscú, aunque Peskov reivindicó que Putin había sido el primero en proponer un diálogo profundo.
Aludía a una invitación en marzo a un diálogo en línea público y en directo después de que Biden calificara al presidente ruso de “asesino”. La oferta fue entonces ignorada por la Casa Blanca.
Finlandia se ofreció a albergar una eventual cumbre entre Biden y Putin, según anunció este viernes la presidencia finlandesa.
El país nórdico ya organizó una cumbre entre Trump y Putin en 2018.
– Sanciones y delirios –
Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se han degradado considerablemente desde 2014 cuando se produjo la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea.
Incluso bajo la administración de Trump, que no escondía su aprecio por Putin, Washington ha multiplicado las sanciones.
Las anunciadas el jueves, y a las que Moscú ha prometido una próxima réplica, implican la expulsión de diez diplomáticos rusos y prohíben algunas compras de deuda rusa.
También afectan a sociedades acusadas de apoyar las actividades de pirateo informático de los servicios de inteligencia de Moscú.
Se trata de una represalia al gigantesco ciberataque de 2020, formalmente imputado a Rusia, que utilizo como vector a SolarWinds, un editor estadounidense de programas informáticos, que fue pirateado para introducir un fallo en sus usuarios, entre los que había varias agencias federales estadounidenses.
Acusado directamente por Washington, el servicio de inteligencia exterior ruso calificó esas imputaciones de “delirios”
Estas disensiones entre Rusia y Estados Unidos se producen además en medio de las crecientes tensiones ruso-ucranianas.
Ucrania acusa a Rusia de buscar una razón para invadir el país, y Rusia a Ucrania de preparar una ofensiva contra los separatistas prorrusos del Donbás (este ucraniano).
Los países occidentales han instado a Moscú a que reduzca sus fuerzas en la zona, y han expresado su apoyo a Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se reunirá este viernes con el presidente francés Emmanuel Macron en París, y la canciller alemana Angela Merkel participará en el encuentro por videoconferencia.
Por su parte, el Kremlin afirmó este viernes que esperaba que Macron y Merkel utilicen su “influencia” sobre el presidente ucraniano para frenar “las provocaciones” de Kiev en el este del país. AFP