El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, que se encuentra en un delicado estado de salud, anunció hoy que abandona la huelga de hambre que mantuvo durante 24 días en prisión para exigir que le vean sus médicos de confianza.
“A la vista de los avances logrados y de todas las circunstancias, empiezo a abandonar la huelga de hambre. Por regla general, esto me va a llevar otros 24 días y dicen que es aún más difícil”, señaló Navalni en su cuenta de la red social instagram.
El líder opositor afirma que, con el “tremendo apoyo de buenas personas en todo el país y en todo el mundo”, se ha logrado que le examinen en dos ocasiones médicos externos, la última vez justo antes de la multitudinaria marcha que su equipo convocó en su apoyo el miércoles en más de un centenar de ciudades rusas.
Gracias a la presión internacional y nacional, Navalni fue llevado el martes a un hospital civil en la región de Vladímir, a unos 200 kilómetros de Moscú.
Previamente, las autoridades solo habían accedido a ingresarlo en un hospital penitenciario cerca de la prisión en la que cumple una condena de dos años y medio de cárcel por un antiguo caso penal para que reciba suero y una terapia vitamínica.
Tras el examen médico, todos los informes y resultados fueron entregados a los médicos habituales de Navalni a través de sus abogados y sus familiares para que pudieran emitir una opinión.
A raíz de su propio análisis, cinco de sus doctores publicaron el jueves un llamamiento directo al líder opositor en el que le instaban a poner fin de inmediato a la huelga de hambre, porque de lo contrario “pronto ya no tendremos a nadie a quien curar”.
Navalni señala en su mensaje de Instagram que confía en sus médicos habituales y que por ende terminará la huelga de hambre.
En su comunicado, publicado en el portal de Mediazona, los médicos escribieron que prologar la huelga de hambre “puede causar un daño notable a la salud de Navalni y conducir al resultado más triste: la muerte”.
“Teniendo en cuenta los síntomas de insuficiencia renal, síntomas neurológicos severos, hiponatremia severa, que puede conducir a un edema cerebral difuso, más trastornos neurológicos severos en forma de síndrome convulsivo y depresión de la conciencia hasta el nivel de coma, entendemos que, si la huelga de hambre continúa, aunque sea por muy poco tiempo, lamentablemente, pronto no tendremos a nadie a quien curar”, indicaron.
El líder opositor afirma, además, que deja la huelga de hambre porque en solidaridad con él varias personas iniciaron una huelga de hambre, incluidos representantes de las “Madres de Beslán”, organización que exige justicia por el atentado terrorista en una escuela de la ciudad de Beslán (2004) que costó la vida a más de 300 personas, entre ellas casi dos centenares de niños.
“Amigos, mi corazón está lleno de amor y gratitud por ustedes, pero no quiero que nadie experimente sufrimiento físico por mi culpa”, señaló.
Navalni explicó que no renuncia a su exigencia de ser visto por el médico que necesita, porque está perdiendo sensibilidad en manos y piernas y quiere saber qué ocurre y cómo curar sus dolencias.