Símbolo emblemático del rock: La historia detrás de la lengua de The Rolling Stones

Símbolo emblemático del rock: La historia detrás de la lengua de The Rolling Stones

La lengua stone aparece en un sin fin de productos. Foto: Cortesía.

 

En 1970 los integrantes de The Rolling Stones habían decidido realizar profundos cambios en su manera de producir discos y espectáculos. Cansados de ver billeteras ajenas llenarse de dinero con sus productos, encararon una serie de medidas para independizarse de los grandes jugadores del negocio. Básicamente, no renovaron contrato con Decca Records y abrieron su propia discográfica y su propia productora de espectáculos. Y ante cualquier necesidad, la persona o empresa externas contratadas trabajarían para ellos, y no al revés. Como parte de ese proceso, estaban convencidos, necesitaban un logo.

Por Infobae

La idea era tenerlo para la gira europea del verano boreal de 1970, pero el proceso se demoró unos meses. La boca abierta con la lengua afuera, símbolo indivisible de la banda, vio la luz el 23 de abril de 1971 con la edición del álbum Sticky Fingers.

Mick Jagger se ocupó en persona de encontrar la figura que necesitaban. La banda se comunicó con el Royal College of Art, de Londres, en busca de un artista que se ocupara de la tarea. La institución recomendó a John Pasche, un alumno del último año, quien todavía hoy conserva aquella carta de hace 51 años. Jagger fue a ver una muestra de los alumnos que finalizaban sus estudios y le gustó mucho el trabajo exhibido de Pasche. Cantante y diseñador se encontraron, pero la primera versión del trabajo encomendado fue rechazada de plano. Pasche pensó que había perdido una gran oportunidad. Y el trabajo. Pero Jagger le dijo: “Sé que podés mejorarlo”.

“Sticky Fingers”. Foto: Cortesía.

 

En una entrevista en 2020 Pasche contó al diario The New York Times que volvieron a reunirse y Jagger le explicó que quería algo simple, que hablara por sí mismo “como el logo de Shell Petroleum”, que la gente identifica automáticamente con la petrolera, y le mostró una imagen de la diosa hindú Kali, protectora de los inocentes. Por esos días la cultura hindú crecía fuertemente en las calles de Londres de la mano de la inmigración de ese país. Al diseñador le llamó la atención su representación con la boca abierta y una larga lengua afuera. Y puso manos a la obra.

El siguiente encuentro fue mucho más productivo y Jagger quedó encantado. La primera versión del logo era en blanco y negro (y grises, claro). Y después la versión coloreada en rojo con líneas blancas y negras. Pasche cobró 50 libras por su trabajo (970 dólares de hoy) y, semanas después, la banda le dio un bonus de 200 libras.

John Pasche y su emblemático diseño. Foto: Cortesía.

 

La batalla legal que no fue

El logo apareció en un tamaño pequeño en la contratapa del álbum Sticky Fingers y mucho más destacado en el sobre interno. Su aceptación por el público fue inmediata.

Muchos creían ver en él la boca de Jagger. Otros tantos interpretaron que era obra de Andy Warhol, diseñador de arte de Sticky Fingers. En otros ámbitos también se le daba connotaciones sexuales. Nada de eso era real.

Pasche veía en su trabajo un dejo del típico gesto insolente de los chicos cuando sacan la lengua para burlarse de algo, y creía que la gente lo asociaba con la irreverencia que transmitía la banda. El logo comenzó a crecer exponencialmente y se convirtió en objeto de deseo de los fans. The Rolling Stones vio en esa demanda el nacimiento de una nueva pata para su negocio: el merchandising.

Andy Warhol. Foto: Cortesía.

 

Así la Lengua Stone apareció en remeras, jeans, camperas, encendedores, lápices y lapiceras, pines, y en cualquier objeto de uso cotidiano sobre el que pudiera imprimirse un logo tan simple. Las cuentas de la banda comenzaron a recibir miles de millones de libras sólo por las ventas de objetos con la Lengua Stone.

Recién en 1976 los abogados de The Rolling Stones aconsejaron a la banda realizar un contrato con Pasche de regalías por el uso del logo, para evitar posibles conflictos. En lo sucesivo y durante 6 años el diseñador cobró miles de libras por las ventas de los objetos con el logo, hasta 1982. Luego de una larga negociación, vendió sus regalías a la banda en 26.000 libras, en 1984.

Era una batalla legal complicada, con muchos grises. De salir bien, Pasche sería hoy multimillonario. Pero el riesgo de perder era muy grande y en ese escenario el diseñador estaría en la bancarrota, pagando todavía honorarios de abogados muy altos. Finalmente optó por llegar a un acuerdo con el grupo.

La lengua Stone

El logo comenzó a circular, en rigor de verdad, tiempo antes de la salida del álbum. Contratos, gacetillas de prensa, papelería en general ya traían impresa la Lengua Stone meses antes del lanzamiento.

Y no tardó en ganar su lugar en la escenografía de los conciertos de The Rolling Stones. Pronto los fans vieron a The Rolling Stones salir a escena caminando sobre una lengua que asomaba de una boca abierta: el escenario era el logo.

La banda de rock británica los Rolling Stone. Foto: Cortesía.

 

Para la gira norteamericana de 1972 apareció pintado en la cola de un avión Concorde y el poster alusivo fue sensación. Desde entonces siempre estuvo pintado en el fuselaje de los aviones que usó la banda para trasladarse en sus giras.

Según un relevamiento de la revista especializada Creative Review la Lengua Stone aparece en el puesto 15º en la lista de logos más emblemáticos de todas las marcas, detrás de peso pesados como British Rail, Deutsche Bank, Michelin y Apple. Y en una encuesta realizada en el Reino Unido figura primero entre los diseños más icónicos usados para estampar remeras, por encima de la cara de El Che Guevara y el Hard Rock Café.

Sticky Fingers (Dedos Pegajosos)

Para todo el mundo el comienzo de la década del ’70 traía días difíciles. Todavía retumbaba el estruendo de las bombas en Vietnam, la Guerra Fría ponía un signo de interrogación sobre el futuro del Planeta y las calles de las grandes ciudades se llenaban de drogas duras. Y en ese contexto el mensaje antiautoritario y de rebeldía de The Rolling Stones ganaba tantos adeptos que le hicieron ganar el mote de La Banda de Rock más grande del Mundo.

Entre los diez temas que traía el álbum Sticky Fingers había dos clásicos que sonaron en muchas giras posteriores de la banda: Brown Sugar y Wild Horses, el primero era una clara alusión a la heroína (azúcar marrón). También incluía Sister Morphine, una letra de Marianne Faithfull (entonces pareja del cantante) con música de Mick Jagger Keith Richards.

Previo a su edición Andy Warhol le había contado a Jagger en una fiesta que tenía la idea de hacer un diseño de tapa que incluyera un cierre relámpago real. A Jagger le encantó. Así fue que la versión original del álbum venía con la cremallera de metal sobre una foto del cuerpo esbelto de un joven enfundado en un jean que deja entrever un pene prominente, sello del provocador Warhol.

El artista nunca reveló quién fue el modelo que usó para la foto, pero la versión más aceptada en Nueva York es que se trató del cuerpo del modelo Jed Johnson, amante de Warhol. Él lo negó sistemáticamente y siempre sostuvo que probablemente se tratara de su hermano mellizo, Jay.

Al tiempo, muchos fans se quejaron porque el cierre relámpago dañaba las tapas de los álbumes que se guardaban al lado de Sticky Fingers y las ediciones siguientes se hicieron sin el cierre.

Kali, la diosa hindú que inspiró la lengua stone. Imagen cortesía.

 

Como curiosidad, la tapa fue censurada en España por el régimen de Franco y fue reemplazada con una imagen de unos dedos dentro de una lata. Sister Morphine fue considerada una canción inapropiada y reemplazada en la edición española por una versión en vivo de Let It Rock, un tema de Chuck Berry.

Warhol fue nominado al Grammy en 1972 por el diseño de tapa, aunque no ganó el premio. Tanto dio que hablar con su excéntrico diseño que muchos creyeron que el logo de la Lengua Stone era de él.

La banda no hizo absolutamente nada por desmentir esos mitos y creencias infundadas, tal vez por conveniencia y como estrategia mediática. Andy Warhol sumaba. John Pasche, no. Su nombre pasó prácticamente desapercibido en esos días.

Aquella declaración de independencia de 1970, y los principios según los cuales la persona o empresa contratada trabajaría para ellos, y no al revés, fueron llevados a niveles extremos en el caso de Pasche. Dados los miles de millones que The Rolling Stones embolsó con el usufructo del logo de la Lengua Stone, 26.000 libras todavía hoy suenan a muy poco.

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