Río Caribe, capital del Distrito Arismendi del estado Sucre siempre vivió de dos actividades económicas fundamentales: la agricultura y la pesca. La emigración corsa jugó un rol fundamental en la siembra y el cultivo del cacao y la caña de azúcar, y también en la instalación de algunas pequeñas fábricas. Quienes nos criamos en esa ciudad hasta nuestra juventud temprana teníamos como fuente esencial de información la radio porque no había llegado la televisión, afortunadamente digo yo. Ello nos permitió disfrutar a plenitud el mar, los juegos en la calle y estudiar más. No veíamos comiquitas pero leíamos. Radio Rumbos y su circuito filial Radio Carúpano eran la principal fuente de información y distracción. Todo comenzaba a las 6 a.m. con el noticiero narrado por las potentes voces de Armando Pompeyo Martínez, Pedro Miguel Suárez y Silvio Vargas, luego seguía el bloque de novelas, y a las 12 de nuevo las noticias y a la 1 pm no fallaba Martin Valiente (El Ahijado de la Muerte), para posteriormente a las 6 pm otra vez las noticias. Dos de los grandes protagonistas de esas novelas radiadas era los cubanos Arquímedes Rivero y Luis López Puente, quienes llegaron a Venezuela huyendo de la dictadura castrista. La temporada de béisbol tenía como locutores a Delio Amado León y al cubano Gonzalo López Silvero y en los comentarios a Carlitos González, y algo similar sucedía con el boxeo, tan popular entre los orientales. Recibir el año nuevo y la declamación de Las Uvas del Tiempo en Radio Rumbos era todo un espectáculo.
La radio fundada por Don Felipe Serrano Miranda ha sido sacada del aire, supuestamente por una disputa entre los propietarios. Si la querella de verdad existe ¿por qué no la dejaron seguir transmitiendo y que el tribunal respectivo dirima el asunto apegado a la ley? Ni cuando Pérez Jiménez cerraron la emisora aunque había censura.
Ya en la adolescencia los muchachos ávidos de otras informaciones leíamos El Nacional. En mi caso comenzaba por las páginas deportivas del cuerpo B y luego las columnas de opinión del cuerpo A donde destacaban las columnas de Arturo Uslar Pietri, JF Reyes Baena, Luis Beltrán Prieto Figueroa, entre otros. Mi tío Herman Brito, quien era el jefe de la Seccional Carúpano de AD cuando estaba en casa, cada vez que sabía que iríamos con mi papá a esa ciudad nos encargaba El Nacional y La República el diario vinculado a AD que dirigía ese extraordinario periodista, Luis Esteban Rey. El Nacional llegaba a Rio Caribe al medio día a la bodega de Cirilo Núñez y en las tardes estaba disponible en la biblioteca pública ubicada en la Calle Zaraza frente al Parque Miranda. El Nacional durante mucho tiempo se identificó como el diario relacionado con la izquierda por la impronta de Miguel Otero Silva, pero en realidad tenían cabida todas las opiniones Ya en Caracas desde 1976, con la beca que recibía en la UCV de Bs 600 mensuales (US$ 149), compraba todos los días El Nacional y los lunes las revistas Resumen editada por Jorge Olavarría y la española Cambio 16 que se vendían en el quiosco del señor Balbino Cañas en el pasillo de Derecho de la UCV. Entre los años 1999 y 2001 Jorge Olavarría escribía en su columna Historia Viva unos verdaderos tratados sobre los pueblos hispánicos. Lo que no pudo hacer la dictadura de Pérez Jiménez lo acaba de consumar por ahora el TSJ, por orden de Diosdado Cabello. Ya veremos el juicio de la historia que todo lo pone en su lugar.