1- De tiempo en tiempo, cuando pasa la Llorona por las sabanas del llano, alguien del régimen –si no es el propio Maduro– anuncia alguna variante de la apertura económica. Inmediatamente, personas muy principales del comercio, la industria y las finanzas (es un decir, lo que queda de estas) van en procesión a Miraflores o reciben a sus emisarios para conocer y anunciar la buena nueva. Claro, invariablemente fallida.
2- Se toma lo que son ajustes en los barrotes y puertas de la jaula como una operación para abrirla, y no: es apenas reacomodo hasta la próxima remodelación. La dolarización salvaje, por ejemplo, se tiene como expresión de apertura cuando en realidad es el producto de haber lanzado en la fosa común a los bolívares, cada cierto tiempo mutilados de ceros, hasta el punto en que no valen nada y apenas sirven para contar precios en millones y miles de millones. La dolarización salvaje no es expresión de política económica alguna sino de su ausencia; no significa apertura económica sino ruina total.
3- La devastación tiene tres ejes en la actualidad: el que proviene de la caída hacia el abismo que se desenvuelve desde hace años; los males de la pandemia –más salvaje que en otros lados– dado el desinterés, la ineptitud criminal y el cataclismo de la falta de recursos; y, finalmente, la connivencia con el crimen organizado, el de los colectivos, los Coquis y los estropicios del concubinato con las FARC, el ELN y otros especímenes de similar calaña. Ese marco no resiste nada que parezca diseño de políticas, sean económicas o de cualquier tipo.
4- Sin embargo, hay un problema mayor. Cada vez que el régimen anuncia alguna apertura y convoca a los sospechosos habituales para que salgan a proponer políticas, medidas, y nuevas normas, y el régimen promete cambios que nunca cumple o que se quedan atascados en el pantano, lo que en verdad subsiste es que así como quitó, puede devolver; pero –¡ojo!– puede volver a quitar.
5- En este marco hay que considerar el intento de expropiación de El Nacional. Como se sabe, el periódico reprodujo una nota sobre Diosdado Cabello publicada originalmente en el ABC de Madrid, y se inició una demanda ante la justicia del régimen, confirmada por su bufete, ornamentado con el nombre de TSJ, que obliga al periódico a darle a Cabello más de 13 millones de dólares. Obviamente, el objetivo no es el dinero, porque esa cantidad es una propina para los jerarcas; tampoco impedir su publicación online, porque no lo pueden controlar; el objetivo verdadero es hacer desaparecer de Venezuela cualquier vestigio de una institución de casi 80 años.
6- Esta expropiación es el mensaje de lo que es, en verdad, la política del régimen: hacer lo que quiere, cuando quiere y como quiere, con las limitaciones estructurales que su propio desastre no puede evitar. Intentarán lo que sea y solo le darán lo suyo a quienes quieran y por el tiempo que quieran. Por allí ronda la idea de “devolver” lo expropiado/robado; hay entusiastas recostados al pie del árbol a la espera de la caída de los mangos maduritos; son los que saben que quien da y quita el diablo lo visita, y hace una parranda con él.
7- Por supuesto que hay negocios prósperos en Venezuela: narcotráfico, lavado de dinero, explotación del Arco Minero, y en el ámbito más presentable lo que el régimen da o permite a quienes se comprometan al apoyo o, al menos, al silencio político. También se admite el tipo de críticas: “Ofrecemos un plan de recuperación dentro de la jaula”. A fin de cuentas, Maduro solo ofrece concesiones temporales. Nada es tuyo; lo que tú tienes debes entenderlo como una concesión con fecha de caducidad abierta; lo que ha sido producto del trabajo honrado tienes que saber que es propiedad del Estado y tú solo eres el administrador.
8- El intento de expropiación de El Nacional es el mensaje verdadero. Allí se condensa la verdadera política económica y es lo que los inversionistas extranjeros ven cuando les ofrecen El Dorado venezolano, la trampa jaula de la corporación criminal. El mensaje verdadero es el del CNE designado por la Asamblea Nacional ilegítima que Maduro designó en diciembre pasado. El mensaje verdadero es la apertura de la jaula no para que salgan los que están adentro sino para que ingresen los escogidos en la próxima farsa electoral de gobernadores.
9- Esos son los mensajes: el fin de la propiedad privada; el fin de la libertad; el fin de cualquier forma honrada de participación política.