Este viernes 30 de abril de 2021 se celebrará la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, una de las etapas más esperadas por los feligreses católicos venezolanos, quienes lo han admirado y respetado, no solo por sus aportes en la medicina venezolana que condujo al desarrollo de la misma, es venerado por su dedicación social y por su reconocida capacidad por la Iglesia Católica de interceder ante Dios por la personas que depositan su oración y fe en él, tanto así que es denominado como el “Médico de los pobres”.
José Gregorio Hernández es símbolo de los valores ciudadanos, de espiritualidad y devoción cristiana, la sabiduría y la ética profesional, su amor a la patria venezolana y su fervor profundo ante la grandeza de Dios. Aunque su formación profesional más destacada se desarrolló en Paris, siempre tuvo presente su objetivo de regresar a Venezuela, y una vez habiendo vuelto a su país, trajo consigo proyectos e ideas que pretendieron y lograron establecer un punto de partida al desarrollo de diversas disciplinas pertenecientes a la Medicina, como por ejemplo, la creación del primer laboratorio científico venezolano, convirtiéndose en esa época en más moderno de toda Iberoamérica, también fue pionero en Venezuela de las áreas actualmente conocidas como Medicina basada en evidencia y en la Atención primaria de la Salud.
Dicho esto, José Gregorio Hernández nunca dejó a un lado su fe cristiana, más bien sus valores católicos y su convicción incorruptible hacia Dios lo llevó a ser un servidor social hacia aquellos que más lo necesitaban. Su entereza lo encaminaron a que su formación científica no se quedará en una facultad universitaria o en un laboratorio, su práctica profesional estuvo centrada a la atención de las personas con bajos recursos económicos, demostrando su interés no solamente como médico, también como un servidor social que se dedicó a garantizarle a sus pacientes su recuperación física a sus dolencias y también a proporcionar las orientaciones y mecanismo para que estos mejoraran su calidad de vida en cuanto al tema sanitario.
Es decir, José Gregorio Hernández comprendió y logró complementar su formación profesional con su vocación cristiana, demostró tanto a académicos, colegas y resto de la sociedad venezolana que la razón científica no debe estar alejada de la creencia espiritual, porque al unirse ambos preceptos se puede conseguir llegar a la paz y la realización del hombre como parte del Todo creado por Dios. Mantuvo hasta en su último momento la determinación de que su trabajo social llegase a todos los rincones del país, especialmente a los sectores de los menos favorecidos. Sus cualidades ciudadanas y su naturaleza humana sensible a las vicisitudes de los pobres, convirtieron a José Gregorio Hernández en la personificación de la esperanza para quienes más lo necesitan.
Es fundamental resaltar un gran valor agregado a su legado: José Gregorio Hernández, al fijarse como misión la conquista de objetivos académicos, profesionales y sociales que favorecieran al colectivo venezolano, se enfrentó a una Venezuela entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX que se caracterizaba por ser pobre y atrasada, donde casi todo el país era rural, una escasa estructural institucional, no contaba con la infraestructura sanitaria o educacional, todo ello producto de las constantes guerras entre grupos políticos con tendencias caudillistas que dominaban a Venezuela y que cada vez la hundían más en la miseria. Su amor por Venezuela fue tan grande que no dudaba en rechazar oportunidades laborales de gran categoría que ofrecían desde países como Francia o Alemania y concentraban sus esfuerzos en aportar todos sus esfuerzos en la ruta hacia la transformación de Venezuela. Incluso su cercanía con Juan Vicente Gómez no le impidió de alzar su voz de protesta en momentos necesarios como en 1912 cuando fue cerrada la Universidad Central de Venezuela, coartando sus labores docentes en la misma y ocasionando más retrasos en el desarrollo profesional colectivo de las generaciones de relevo.
La Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández es un Evento de Júbilo Nacional porque implica un paso más hasta alcanzar su Canonización completa, la cual ha sido un proceso de décadas, donde se debe reconocer el trabajo meritorio de quienes han conformado un gran equipo de sacerdotes, religiosas, laicos, obispos que se han desempeñado en resultado lleno de regocijo y alegría para la comunidad católica venezolana. Debemos sentirnos contentos de la manifestación firme de lo grande que es nuestro país, resaltar obras y hombres como José Gregorio Hernández nos servirá de ejemplo que lo que realmente es Venezuela, de los valores y principios que aún existen en nuestra sociedad y en a lucha permanente que enfrentamos para que prevalezca el bien sobre el mal.
Rafael Veloz García
Diputado por Caracas y PARLASUR electo en 2015