Una de las peores experiencias de su vida, de las más duras y angustiosas que seguro nunca olvidará. Así podría definirse lo que sufrió Pink cuando ella y su hijo Jameson se contagiaron de Covid-19 hace un año, algo de lo que ha vuelto a hablar la artista norteamericana con toda su crudeza. “Fue realmente aterrador”, ha contado este fin de semana para describir una situación en la que llegó a pensar que era el final para ambos. Tales fueron sus malos pensamientos que incluso “reescribí mi testamento”, ha confesado durante una entrevista para la emisora Heart Radio. La cantante y su pequeño de tres años dieron positivo en abril de 2020, mientras que su marido Carey Hart y su hija Willow no se llegaron a contagiar. “Creí que todo había terminado para nosotros dos”, afirma la también bailarina y acróbata. Entonces, “llamé a mi mejor amiga y le dije: solo necesito que le digas a mi niña cuánto la quiero”, ha relatado.
Por Hola México
No es la primera vez que Pink echa la vista atrás para relatar aquellos días tan desagradables que le tocó padecer a causa del coronavirus. “Es lo más desafiante, tanto física como psicológicamente, que he pasado como madre”, les decía a su legión de seguidores. “Semanas después de recibir los resultados de nuestra prueba, mi hijo todavía estaba muy enfermo y con fiebre”, explicaba Pink, confesando el miedo que sentía por no saber “lo que vendría después”. Contaba que “fue una auténtica montaña rusa en la que hubo muchas noches que lloré y nunca he rezado más en mi vida”. Una vez curados, la artista expresó su agradecimiento por haber tenido acceso a los medicamentos necesarios para su recuperación y la de su pequeño, algo que “no todas las familias, especialmente las que viven en situación de vulnerabilidad, tienen la oportunidad de ello”.
Demostró también que es una estrella comprometida y solidaria al donar hasta medio millón de dólares para la lucha contra la pandemia en Estados Unidos, inyectando dinero al Hospital de la Universidad de Temple, en Filadelfia. Un gesto que hizo “en honor a mi madre, Judy Moore, que trabajó allí durante 18 años en el Centro de trasplantes de corazón”, explicó entonces. No solo eso, sino que la cantante entregó desinteresadamente otra gran cantidad en metálico al Fondo de Crisis de Emergencia que, en aquellas fechas, recaudaba la alcaldía de la Ciudad de Los Ángeles. Pink sabe por tanto compaginar perfectamente su pasión por la música, el profundo amor hacia su familia y su preocupación por las causas sociales. Una voz increíble y unas impresionantes coreografías, pero también una atención constante hacia los suyos y con el mundo que le rodea.