Tienen solo dos años y sus rostros están apagados, su frente sembrada de arrugas y sus ojos hinchados. ¿Cómo puedo alimentarlos?, se pregunta la madre de estos niños gemelos.
En la región diamantífera de Kasai, en la República Democrática del Congo (RDC), la desnutrición causa estragos y según la ONU actualmente es el país más afectado por la inseguridad alimentaria del mundo.
“Mi marido no trabaja, yo apenas vendo agua”, continúa Claudine Kamwanya, embarazada y madre de cuatro niños, quien llevó a sus gemelos al hospital Bonzola, cerca de la ciudad de Mbuji-Mayi.
En una habitación contigua, sobre una camilla, Marie-José, de cuatro años y medio, abandona su letargo tras 12 días de tratamiento, para satisfacción del personal médico. “Llegó inconsciente, con deshidratación severa asociada a infecciones”, comentó una enfermera.
Entre el 14 de abril y el 1 de mayo, “fueron atendidos 29 niños desnutridos, seis de ellos en una fase aguda severa, con complicaciones médicas”, explica el doctor Grégoire Mpoyi, agradeciendo la ayuda de la oenegé Acción Contra el Hambre (ACF).
Unos 27,3 millones de personas están afectadas por la inseguridad alimentaria en la RDC, consideró en abril la agencia de la ONU para la alimentación y agricultura (FAO) y el le Programa alimentario mundial (PAM).
– El flagelo de la miseria –
En Mbuji-Mayi, unos 15 niños yacen bajo mosquiteros en la unidad pediátrica del hospital general, bajo las miradas impotentes de sus madres.
“Cuatro están en fase aguda severa (la más crítica), cinco en fase transitoria y seis en rehabilitación o alta”, resume el doctor Pierre Kasongo, director de este hospital gestionado por religiosas.
“La desnutrición está en pleno apogeo en nuestra comunidad, devastada por la pobreza”, añade. En tres semanas, el hospital trató a más de 60 niños con apoyo de ACF, que interviene en 35 estructuras sanitarias locales.
Mado Kapinga está junto a su pequeño que se recupera lentamente. “Cuando llegamos aquí, sufría mucho, estaba muy débil. Con tres días de tratamiento, mejoró”. Esta madre de cinco niños teme el regreso al hogar “sin nada para comer”.
– El espejismo diamantífero –
Kasai padeció un conflicto armado entre septiembre de 2016 y mayo de 2017, con 3.000 muertes y más de 1,5 millones de desplazados. Su economía es precaria.
Sus tierras arcillosas son menos fértiles que en otras regiones, la agricultura se descuida en beneficio de ‘Eldorado’ soñado de los diamantes.
“La gente no trabaja, no quiere cultivar. La mayoría sueña con enriquecerse con la minería artesanal, pese a lo obvio: los diamantes ya no se encuentran”, analiza la hermana Carine Kupela, administradora del hospital.
En Kasai-Central, provincia vecina, la situación es similar. Sentada sobre el regazo de su madre, la pequeña Jeannette Kabuma ingiere una papilla. De un año, Jeannette pesa 5,4 kg (cuando a su edad su peso deberia oscilar entre 7 y 11 kilos). Diagnóstico claro: “desnutrición aguda severa”, destaca una enfermera.
En el centro sanitario de Kamayi, entre octubre de 2020 y marzo de 2021, fueron atendidos 74 niños desnutridos. Solamente 47 fueron curados.
Anto Kalonga, de 23 años, llegó con tres niños en brazos. Dos tienen el vientre hinchado por edemas y el tercero, también muy delgado, tiene dificultades para respirar. “Ya ni tiene fuerzas para llorar”, lamenta su madre. AFP