Un “narcoestado” es una forma de gobierno en la que interactúan las autoridades y el crimen organizado como pares, permitiendo que muchas actividades ilícitas sucedan al amparo de la ley, además de que prospere la corrupción e impunidad.
Según analistas, en un Estado catalogado de esta forma existe también una participación -indirecta o no- de la población que generalmente es cómplice, ya sea por fuerza, interés o necesidad.
Algunos de los países que han sido señalados como “narcoestados” son Colombia, en América Latina; Guinea-Bissau, en África; Kosovo, en Europa y Afganistán, en Asia.
Estos países han sido catalogados como tal en discursos políticos y mediáticos, muchas veces con base en su situación de orden social y corrupción. En algunos de ellos actualmente se evidencia una dualidad entre el Gobierno y los criminales, que termina por controlar ejes centrales como la economía, educación y política electoral.