Durante decenios fue un paraíso vacacional, el lugar al que muchos venezolanos acudían para relajarse junto al Caribe y desconectar del bullicio de la ciudad.
Ahora es un hervidero de delincuencia.
Cada fin de semana, una multitud de habitantes de Caracas emprendía rumbo al este por una carretera entonces entre las más transitadas del país en busca de sol y placer.
En Barlovento, una región en el norte de Venezuela salpicada de villas turísticas y playas de ensueño, muchas de las casas en su día lustrosas que ocupaban los turistas están hoy abandonadas.
Fernando Valera, uno de los pocos que compró una casa en la localidad de Río Chico y se resiste a marcharse, me explica: “Hay alguna casa que la están vendiendo por US$3.000, pero la mayoría de dueños sencillamente abandonaron las suyas”.
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