Después de enterarse de que su esposa buscaba un sicario lo matara, Ramón Sosa fingió su propia muerte para ayudar a la policía a atraparla.
Al compartir su extraordinaria historia que rivaliza con cualquier película de éxito en Hollywood, Ramón detalla su viaje desde felices para siempre hasta tres metros bajo tierra, cómo se sintió al salir de su propia tumba y cómo encontró el perdón para su ex.
Por Crimen Online y This Morning
Traducción libre de lapatilla.com
Ramón Sosa contó al programa de entrevistas cómo se enteró de un ex pandillero llamado Gustavo sobre el plan de su esposa para matarlo. Maria Sosa inicialmente planeó contratar a Gustavo para que le disparara fatalmente a su esposo boxeador.
“Él era como un tercer hijo para mí y accedió a grabar sus reuniones”, afirmando que llevaron las grabaciones a la policía.
En algún momento, Ramón Sosa escuchó a su esposa hablar con su hija mayor sobre un hombre que conocían y que era capaz de matar a alguien, mientras su esposa decía: “Podríamos usar a esa persona”.
Trabajando con el FBI, los Texas Rangers llevaron a Ramon Sosa a un desierto y lo colocaron en una zanja preparada de antemano. Allí, le pusieron maquillaje ensangrentado para que pareciera que le habían disparado en la sien.
Según el Daily Mail, Ramon Sosa luego cortó el contacto con todos durante tres días , dando la impresión de que estaba desaparecido o muerto. Mientras Ramón estaba escondido, un agente encubierto del FBI que se hacía pasar por un sicario le mostró las fotos montadas a María Sosa, quien a su vez se rió y levantó las manos con alegría.
Ramón y María Sosa se casaron en marzo de 2010 y recordó un comentario preocupante que le hizo la madre de su esposa después de las nupcias, que pasó por alto en ese momento porque estaba feliz de estar casado. “Su madre se acercó a mí y me dio un abrazo y luego susurró: Ella es tu problema y luego se fue”, dijo Ramón Sosa a “This Morning”.
Sosa ahora es un orador público que aboga por el abuso doméstico contra los hombres y recientemente escribió un libro sobre su supervivencia, “Caminé sobre mi propia tumba … una verdadera historia de crímenes”.
Luego de la sentencia de María Sosa quien se declaró culpable, Ramón Sosa relata que “fue muy triste, tenía tanta tristeza pero al mismo tiempo saber que esta persona una vez estuvimos enamorados y pensamos que pasaríamos el resto de nuestras vidas juntos”.