De acuerdo con un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Reino Unido y publicado en la revista Nature Food, la humanidad se verá obligada en el futuro a comer gusanos y otros ‘superalimentos’ poco convencionales para evitar la desnutrición.
Esto se debe a que la comida de origen vegetal consumida tradicionalmente, como el arroz, el maíz, las frutas y verduras, y los alimentos de origen animal como la carne, el pescado y los huevos, están “expuestos de forma innata a diversos tipos de estrés agudo y crónico”, entre los que se incluyen plagas, enfermedades y alteraciones ambientales provocadas por el cambio climático.
“Nuestro sistema alimentario actual es vulnerable”, dijo el autor principal del estudio, el doctor Asaf Tzachor, del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge. “Está expuesto a una infinidad de riesgos: inundaciones, heladas, sequías, patógenos y parásitos (…) Para preparar nuestro suministro de alimentos para el futuro, debemos integrar formas completamente nuevas de agricultura en el sistema actual”.
La solución que proponen los investigadores es cultivar larvas de la mosca soldado negra, la mosca doméstica y el escarabajo de la harina a una escala masiva para el consumo humano. Se sabe que los insectos son fuentes ricas de proteínas, potasio, magnesio y diversos nutrientes. También poseen tres veces más ácidos grasos que los presentes en el salmón, por ejemplo.
Algunas empresas producen este tipo de larvas y las venden como suplementos proteínicos dentro de ‘snacks’, especialmente para las personas que realizan deporte. No obstante, los investigadores sugieren que se podría aumentar la producción para “mitigar la desnutrición global”, problema que actualmente afecta a 690 millones de personas.
En el estudio también fueron identificadas como fuentes importantes de nutrientes las microalgas, entre las que se incluyen la chlorella, la espirulina y el kelp de azúcar. Se trata de microorganismos fotosintéticos que se encuentran en los sistemas acuáticos de cualquier tipo, por lo que presentan disponibilidad en casi todos los lugares del mundo. Son una excelente fuente de aminoácidos, ácidos grasos, vitaminas, minerales y antioxidantes, aunque en la actualidad se utilizan por lo general como alimento para peces. Además, las microalgas se pueden vender en forma de polvo, por lo que serían ideales para utilizarlas como ingredientes de alimentos y para mezclarlas con bebidas.
“La tecnología alimentaria abre muchas posibilidades para una agricultura alternativa y de riesgo reducido”, concluyen los investigadores. “Los futuros sistemas de cultivo de alimentos constituyen una vía para mitigar la desnutrición global. Como artículos comestibles que son, los ‘alimentos del futuro’ se reconocen cada vez más como alternativas nutritivas y más sostenibles”.