Los vacunados con dos dosis de la vacuna contra el Covid-19 del laboratorio estadounidense Moderna necesitarán una tercera dosis. Así lo aseguró en una entrevista publicada este domingo por Le Journal du Dimanche el consejero delegado de la compañía, el francés Stéphane Bancel, que afirma que habrá que dar una tercera dosis de recuerdo a las personas que ya fueron vacunadas, empezando “desde el final del verano (europeo)” con los grupos de riesgo a los que se les inoculó a comienzos de año, y en particular con las personas que viven en residencias.
Bancel advirtió de que “dos o tres meses de retraso supondría numerosas hospitalizaciones y muertes” y añadió que “todos los adultos, incluso los jóvenes” tendrán que recibir una dosis de recuerdo “para proteger a las personas frágiles no vacunadas” en nombre del principio de precaución.
Si bien considera que la vacuna de Moderna ofrece inmunidad durante un periodo de uno a tres años, “la llegada de variantes aumenta el nivel de la amenaza”.
Por otro lado, adelantó el laboratorio va a presentar a comienzos de junio una demanda de autorización a la Agencia Europea del Medicamento (AEM) para que su vacuna pueda ser utilizada para los adolescentes de 12 a 17 años.
De esta manera, justifica la rápida apertura de la vacunación para ese grupo de edad para protegerse con la inmunidad colectiva ante el riesgo de una eventual nueva ola epidémica. A su juicio, “lo ideal” sería proteger a esos adolescentes “antes de finales de agosto.
“Si no se vacuna masivamente, no se puede descartar el riesgo de una cuarta ola”, consideró.
El consejero delegado de Moderna aseveró que su empresa podría producir 3.000 millones de dosis anuales, lo que unido a los 4.000 millones que tiene previsto fabricar Pfizer-BioNTech, daría dosis suficientes para vacunar a todos los habitantes de la Tierra con una dosis.
Hasta ahora, 90 millones de personas en todo el mundo han recibido las dos dosis de Moderna.
El consejero delegado reiteró sus críticas a la Unión Europea por su “falta de anticipación” en los primeros meses de la pandemia para trabajar con los laboratorios en las vacunas. Dijo que puso presión a la Comisión Europea -sin éxito- para que les hiciera un avance y poder lanzar así la producción en el Viejo Continente rápidamente, como ocurrió en Estados Unidos, cuya Administración se movilizó desde la primavera de 2020, pero con Bruselas no se consiguió hasta la firma del contrato en noviembre.
Semanas atrás, el cofundador de la farmacéutica alemana BioNTech, Ugur Sahin, confirmó lo que ya había adelantado el CEO de Pfizer, Albert Bourla: la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer también necesitará una tercera dosis.
Sahin explicó que la vacuna alcanza su máxima eficacia (97%) a los siete días de haberse inoculado la segunda dosis y comienza a perderla a partir de los seis meses. “La protección se va haciendo menor lentamente con el tiempo. Tenemos datos que indican que a los seis meses la protección ya no es del 95%, sino del 91%, y a los ocho meses vemos que los anticuerpos que producen la protección merman claramente. Por eso necesitamos una tercera dosis para llevar la protección de nuevo cerca del 100%”.
Así, la tercera inyección se inoculará a los nueve o doce meses de la segunda.
El científico adelantó que la vacuna permanecerá como la de la gripe: “Probablemente, cada año, o quizá cada 18 meses” hará falta una nueva inyección. EFE