Este domingo, la cruzada del dictador bielorruso Alexander Lukashenko contra la prensa marcó un nuevo hito al obligar a un avión de Ryanair que viajaba de Atenas a Vilna a aterrizar en Minsk con el fin de detener al periodista y disidente Roman Protasevich, incidente condenado por la comunidad internacional.
El periodista, que viajaba con su novia, fue director y uno de los fundadores de los canales de Telegram Nexta y Nexta Live, con más de 1,2 millones de seguidores.
Dicho canal desempeñó un papel importante en la transmisión de enormes protestas de la oposición contra el mandatario tras las fraudulentas elecciones presidenciales de agosto de 2020. Sin embargo, el medio fue declarado extremista por Bielorrusia al notar su capacidad de movilización y sus dos fundadores fueron acusados de organización de disturbios e instigar al odio social. Las manifestaciones se han disipado en los últimos meses, pero las autoridades bielorrusas continúan reprimiendo a la oposición con arrestos.
Protasevich, que vivía en el exilio en Lituania, era buscado por las autoridades de su país. El KGB bielorruso les puso en una lista de personas implicadas en “terrorismo”, delitos por los que puede ser condenado a 15 años de prisión o incluso a pena de muerte, según la oposición.
En su perfil de Twitter, Protasevich se describe burlonamente como “el primer periodista terrorista de la historia”. Su último tuit, del 16 de mayo, hablaba de fotografiar la visita de Tikhanovskaya a Atenas, ciudad de la que partió el vuelo de Ryanair con destino a Vilna.
Viviendo entre Polonia y Lituania, ambos centros de exiliados bielorrusos, se ha convertido en el editor del canal BGM -acrónimo en ruso que significa “Bielorrusia inteligente”-, que cuenta con 260.000 suscriptores.
Activista desde su adolescencia
En 2012, cuando Protasevich era estudiante, fue detenido y golpeado con solo 17 años por dirigir dos grupos en la red social rusa Vkontakte contra el presidente bielorruso Alexandr Lukashenko. Uno de ellos se llamaba “Estamos hartos de este Lukashenko”, el antiguo gestor de granjas colectivas que ha gobernado Bielorrusia con mano de hierro desde 1994, un año antes de que naciera Protasevich.
“Me golpearon en los riñones y en el hígado”, dijo entonces Protasevich. “Oriné sangre durante tres días después. Me amenazaron con acusarme de asesinatos sin resolver”. Durante el interrogatorio, dijo, los agentes del servicio de seguridad de Bielorrusia, que sigue llamándose KGB como en la época soviética, le exigían las contraseñas de los grupos en línea.
Posteriormente, trabajó como fotógrafo para medios de comunicación bielorrusos y recibió la beca de periodismo Vaclav Havel en 2017-2018, un premio para aspirantes a periodistas independientes que lleva el nombre del fallecido disidente checo convertido en presidente.
Protasevich abandonó Bielorrusia en 2019 después de empezar a trabajar para el influyente canal de Telegram pro-oposición Nexta (“Alguien” en bielorruso).
Más tarde se convirtió en redactor jefe del canal, que actualmente cuenta con más de 1,2 millones de suscriptores.
El canal participó en la organización de las protestas contra Lukashenko, compartiendo con sus seguidores detalles sobre las horas y fechas de las reuniones.
Desvío del vuelo para detenerlo
Todo comenzó cuando la tripulación del vuelo FR4978 de Ryanair “fue notificada por el servicio de control de tráfico aéreo de Bielorrusia de una potencial amenaza de seguridad a bordo y fue instruida para desviar (el avión) hacia el aeropuerto más cercano, Minsk”, señaló la aerolínea en un comunicado.
“Vi a este bielorruso con su novia que venían sentados detrás de nosotros. Se puso muy nervioso cuando el piloto anunció que el avión estaba siendo desviado hacia Minsk. Dijo que ahí lo esperaba la pena de muerte”, narró el pasajero Marius Rutkauskas después de que el avión llegó a Vilna tras pasar varias horas en la capital bielorrusa.
“Estuvimos sentados una hora después de aterrizar. Luego comenzaron a desembarcar pasajeros y se llevaron a esos dos. No los volvimos a ver”, añadió Rutkauskas.
La novia del joven de 26 años, Sofia Sapega, que fue detenida con él, es estudiante de Derecho en la Universidad Europea de Humanidades (EHU) de Vilna.
El periodista contó además a un amigo antes de subirse al avión que había notado que en Atenas le estaba siguiendo en el aeropuerto un hombre que hablaba ruso y que había intentado sacar fotos por detrás a sus documentos cuando estaba embarcando.
El departamento bielorruso de control de la delincuencia organizada informó de la detención de Protasevich, aunque después borró la declaración de su canal de Telegram.
Unas 35.000 personas han sido detenidas en Bielorrusia desde agosto, según grupos de derechos humanos. Decenas de ellas han sido condenadas a penas de cárcel.
(Con información de AFP, EFE, AP, Reuters)