El vicepresidente del Consejo Presidencial transitorio libio, Abdullah Hussein Al-Lafi, pidió hoy evitar toda acción unilateral de carácter militar, como desfiles o maniobras, sin una autorización previa, en medio de la aguda polémica desatada por una parada organizada por el mariscal Jalifa Hafter, el tutor del antiguo gobierno libio no reconocido en el este del país.
En un comunicado oficial difundido este viernes, Al Lafi advirtió de que este tipo de actos unilaterales “podrían obstruir el proceso de transición democrática y amenazar la paz civil”.
La controversia estalló esta semana después de que Hafter, oficialmente líder del Ejercito Nacional Libio -una fuerza principalmente formada por milicias del este y el sur del país a la que apoyan mercenarios rusos, sudanés y árabes, entre otros-, invitara al nuevo Gobierno Nacional de Unidad transitorio (GNU) a un desfile con motivo del séptimo aniversario de la conocida como “Operación Dignidad”.
El mariscal lanzó la ofensiva en mayo de 2014 con el objetivo declarado de luchar contra los focos yihadistas en el este del país y bajo el paraguas del Parlamento recién elegido, que había tenido que huir a la ciudad oriental de Tobrouk después de que el gobierno islamista que entonces dominaba en Trípoli no reconociera el resultado de los comicios.
El conflicto quebró en dos mitades el país, una dominada por el antiguo gobierno, que fue sustituido dos años después por un Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) sostenido por la ONU en Trípoli, y la otra bajo un segundo gobierno tutelado por Hafter y no reconocido por la comunidad internacional.
En 2018, Hafter logró consolidar su dominio sobre los recursos petroleros, lanzó una nueva operación para dominar el sur y meses después impuso un cerco militar a la capital que duró dos años y causó varios miles de muertos y heridos.
El pasado febrero, y tras una tregua negociada por Turquía y Rusia, los dos países más influyentes en el conflicto libio, el Foro de Diálogo Político para Libia (FDPL), un organismo no electo creado por la ONU “ad hoc”, designó un nuevo Consejo Presidencial y un gobierno de transición que debe pacificar el país, unificarlo y conducirlo hasta las elecciones legislativas previstas para el 24 de diciembre.
Sin embargo, el primer ministro transitorio, Abdul Hamid al Dbeibah, admitió recientemente que, aunque se avanza rápido en las vertientes política y económica, no ocurre así con la parte militar, y en particular con el programa de desarme de las milicias y la unificación del Ejército.
EFE.