Oporto vibró con una final inédita, preparada durante la pandemia del coronavirus, y que tuvo como ganador a un poderoso Chelsea, quien frustró los sueños millonarios del Manchester City (1-0) y se hizo con la segunda Champions de su historia.
Lucho Suárez || lapatilla.com
Una final que no lucía como una final, pero que se jugó como una.
Desde el vamos, “blues” y “citizens” no creyeron en respetos ni análisis. Se buscaron, se intentaron herir. Cada uno con su estilo.
A medida que pasaba la primera mitad, los de Guardiola buscaban retener un balón que los iba a traicionar con el pasar de los minutos, porque a veces a la caprichosa le gusta llegar rápido a casa, y el City le ofrecía un camino lleno de obstáculos y mucho “tambaleo”, mientras que Chelsea iba directo al grano.
Pese a las imprecisiones, los azules tuvieron las más claras, pero frente al arco del brasileño Ederson las luces se apagarían, pero no por mucho tiempo.
El “Big Ben” marcaba 42′ para los londinenses, y en su mejor momento ofensivo el fútbol les recompensó.
La defensa “citizen” abrió la calle para que Mason Mount viera claro el espacio. Sin pensarlo filtró la bocha para que Kai Havertz esquivara a Ederson y definiera rastrero con la portería vacía. 1-0 para los “blues”. Guardiola se comía las uñas.
La desesperación arrebató la elegancia a la posesión del catalán.
Frustrados por N’golo Kanté y sus 20 pulmones. Los pupilos del ex estratega del Barça cayeron en el fútbol físico, perdieron claridad en el ataque, y por si fuera poco, perdieron a su máxima figura, Kevin De Bruyne.
El crack belga se fue con un hematoma tras darlo todo en un balón rifado.
El tiempo se le fue acabando para el City y Guardiola puso toda la carne en el asador. Ingresó Sergio “Kun” Agüero para dejarlo todo en su último partido como “ciudadano”, pero apelar a la máxima leyenda del club no fue suficiente.
Siete minutos de infarto agregó Antonio Mateu-Lahoz. Pese a ello, el City vio como el deseo de ganar su primera Champions se le esfumó entre los dedos.
Chelsea cerró los espacios y frustró los sueños de la mitad de la ciudad de Manchester.
Para los londinenses, los éxitos europeos le fueron esquivos hasta 2012, cuando Roberto Di Matteo, entrenador interino del equipo para entonces, llevó al Chelsea a obtener su primera Liga de Campeones, superando al Bayern de Múnich en una legendaria tanda de penaltis para así convertirse en el primer equipo de Londres en ganar el codiciado trofeo.
La figura del partido, según lapatilla
N’ golo Kanté, el mediocentro francés presumió de su gran despliegue físico. El “5” recuperó balones en todos los sectores del césped luso, repartió juego y fue la pieza vital para que los discípulos de Thomas Tuchel levantaran la “orejona”.
Kanté recupera hasta el teléfono que te robaron en Plaza Venezuela.#UCLFinal ? #Getty pic.twitter.com/9Ff4wrcWYI
— L U C H O (@SirLuchoSuarez) May 29, 2021