Carlos Ochoa: De la Sayona a la Bella Durmiente

Carlos Ochoa: De la Sayona a la Bella Durmiente

Los venezolanos hemos dejado de creer en cuentos de camino, las historias que de niños nos aterraban o encantaban como la de la Sayona o las de las hadas, no producen el impacto de antes  en nuestra mente, esto no quiere decir que nuestra inteligencia socioemocional haya sufrido un descalabro, que nuestro complejo sistema de representación simbólica este padeciendo alguna rara patología psicológica, lo que nos ocurre como sociedad es que estamos distinguiendo los sistemas de representación engañosos de los verdaderos, para decirlo en criollo aceptado por la RAE, con cada experiencia traumática que nos vemos obligados a vivir como ciudadanos se nos quita lo pendejo y comenzamos a entender que nuestras emociones, creencias y deseos han sido engañadas y manipuladas muchas veces por historias que prometen un final feliz como en el conocido cuento de La Bella Durmiente, en donde el Príncipe despierta a la hermosa joven con un tierno beso que antes nos conmovía hasta las lágrimas, pero que hoy es motivo de protesta y demandas a las empresas Disney por los grupos que defienden los derechos de la mujer, de los niños y adolescentes, porque ese beso según estos grupos argumentan no fue consensuado, es decir fue dado por el Príncipe a la Bella Durmiente sin su consentimiento, lo que constituye abuso y hasta intento de violación a una mujer que estando dormida producto de una droga, no está en capacidad de decidir nada y sin embargo un otro aprovechándose de su posición de poder la besa,  puede ser que ese otro lo que esté es saciando sus deseos de posesión sexual con una indefensa joven drogada y podemos imaginar otro final más escabroso para la historia y no el final que todos conocemos, en realidad ese otro final de abuso es colocado en nuestra mente por el movimiento #metoo que ha revolucionado el mundo del espectáculo, la política, los deportes y hasta de la religión, con las denuncias de abuso desde una posición de poder a muchos niños, jóvenes y adultos de ambos sexos. En la mayoría de los casos son historias verdaderas que producen repulsión, son muchas denuncias como para citar una en particular, pero todas merecen ser consideradas como reales hasta que se demuestre lo contrario y por lo tanto sujetos de credibilidad, por ello y por la importancia que tienen los cuentos de hadas y las historias en la construcción de la mente infantil y en la del adulto para discriminar qué es lo éticamente  correcto ante una situación que involucre un posible abuso, es que se pide la supresión a empresas Disney  la escena del beso en la película “La Bella Durmiente”, con el objetivo que en el futuro el contenido de estas historias, que tienen mucha importancia en la construcción de la mente infantil, puedan ofrecer alternativas de comportamiento positivas y constructivas, en donde el engaño sea develado y no pueda ser utilizado para crear patrones de conducta equivocados.  

Los venezolanos también hemos sido abusados colectivamente con historias engañosas, destaca el Príncipe de Sabaneta quien haciendo uso de su posición de poder, tergiversó la historia patria como le dio la gana, prometió el paraíso en la tierra con su socialismo bolivariano, que no era más que una versión cubana de los viejos autoritarismos comunistas y sistemáticamente fue demoliendo las instituciones y la economía del país, dividiendo a la sociedad, llenándola de odio, en realidad su poder residía en el odio y muchos venezolanos fueron abusados sin saberlo porque aprendieron a odiar y les ha costado mucho darse cuenta que el odio y el resentimiento son autodestructivos. 

Recuperar el proceso cognitivo y afectivo para diferenciar lo que está bien de lo que está mal ha sido lento y doloroso, en parte porque  la oposición democrática no ha encontrado la manera pedagógica de articular una historia coherente de conceptos mentales que incluyan compromiso y responsabilidad para enfrentar el engaño. Las muchas veces que se ha intentado por la vía del dialogo una salida a la crisis se ha fracasado y esto resta credibilidad, porque se intenta civilizadamente llegar a un acuerdo pero los resultados son los mismos y regresamos a la guerra de trincheras sin un cuento que entusiasme, emocione, convenza como plantea la neuropolítica, que parte de que para convencer primero hay que emocionar, pero la emoción se da  tanto en los cuentos de aparecidos, hadas, como en política, por la comprensión de las acciones de otros construidas como relatos, en donde la mente tiene que diferenciar el engaño de la verdad a partir de la interpretación de los actos comunicativos de los demás, sino se produce interpretación de la realidad no hay comprensión, interacción social ni libre albedrio.





 El sectarismo, abuso y engaño que existe en la sociedad contemporánea, no nos permite entender porque el beso del Príncipe a la Bella Durmiente ha sido interpretado simbólicamente en el presente como impropio, sin importar que tanto haya transcurrido desde que ese cuento de hadas de tradición oral empezó a contarse en otro contexto histórico, lo que hay que valorar es la acción de interpretar una acción de un personaje de cuentos en relación a la construcción de un significado en el presente, que contribuya al desarrollo normal de una estructura conceptual del mundo socioemocional de niños y adultos. Este es un buen ejemplo para los venezolanos que creemos que hay que cambiar en serio y no repetir como “El Gatopardo” de la novela de Lampedusa, que hay cambiar todo para que nada cambie, en ese ritornelo político tenemos varios años, escuchando los mismos argumentos que producen los mismos resultados, ya es hora de cambiar la música y quizá de músicos, si no se obtiene un resultado diferente o una interpretación distinta de lo que resulte de este nuevo intento de dialogo.