El pasado 12 de marzo y tras muchos meses de rumores, Iker Casillas y Sara Carbonero anunciaron su separación. Una ruptura tranquila en la que ambos están remando en la misma dirección pensando en el bienestar de los dos hijos que tiene en común, Martín y Lucas. La buena sintonía entre la ex pareja ha sido algo primordial y de ahí que incluso fueran juntos a firmar el acuerdo de divorcio por el que acordaron que la periodista se quedaría con la custodia de los niños, mientras que el portero tendría un régimen de visitas de lo más flexible. Y además también concertaron que madre e hijos continuarían residiendo en la casa familiar situada en la exclusiva urbanización de La Finca.
Por elmundo.es
Sin embargo, el chalé, que pusieron a la venta en abril del año pasado, ha encontrado ya nuevos propietarios, una familia de empresarios, según reveló el pasado fin de semana Viva la vida. El chalé es una enorme vivienda que Iker y Sara le compraron a Lydia Bosch y a su exmarido, el arquitecto Alberto Martín, en 2014 por 2,6 millones de euros. Y, aunque no se sabe el precio final de la venta, el portero y la comunicadora la sacaron al mercado por 5 millones de euros.
La casa tiene 750 metros cuadrados construidos en una parcela de casi mil y cuando la compraron, hicieron unas reformas para tenerla a su gusto, donde primaban los espacios amplios, la luz natural y las líneas rectas. Con cuatro plantas distribuidas en dos grandes salones, cinco dormitorios en suite, seis baños, cocina y comedor, la vivienda está dotada de unos lujos acordes a sus ya antiguos propietarios.
Gimnasio a medida, cuarto de juegos, spa, piscina interior climatizada y exterior, jardín con barbacoa, barra de bar y futbolín, la joya de la corona es el impresionante vestidor a dos alturas con suelo acristalado para aprovechar al máximo la luminosidad. Allí vivieron hasta el año 2016, cuando Casillas fichó por el Oporto, y es en esta residencia donde ha seguido residiendo Sara junto a sus hijos después del divorcio.
Según afirmaron en el programa, Carbonero se ha mudado a una casa en Boadilla del Monte, cerca de la primera vivienda que compartió con su ex marido cuando comenzaron su historia de amor hace 10 años. La comunicadora continúa viviendo en una de las mejores zonas a las afueras de Madrid, donde también vive Iker, que desde el primer momento ha seguido cerca de ellos para así, entre otras cosas, poder llevar y recoger a sus hijos del colegio.