Entre las paredes de Centro Correccional de Entidad y Atención Ciudad Caracas el arrepentimiento impera en los sentimientos de Andrés*. Apenas tiene 14 años y su adolescencia la inició tras las rejas, por querer tomar “el camino fácil” de la vida.
Por: Todos Ahora
Aunque de su pasado le molesta hablar, a través de una llamada contó cómo la propuesta de un grupo hamponil cambió su vida para mal. Él dejó de estudiar a los 10 años, afirma que su familia no tenía para comprarle ni los útiles ni el uniforme.
Según el último estudio de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), 1,7 millones de personas han desertado del sistema educativo venezolano por diversas razones.
“Hacía mandados, me ponía de colector en las camioneticas de El Cementerio o cualquier cosa que me diera plata. Ahí le agarré el gusto al dinero y todo se acabó”, dijo el adolescente desde el retén.
Andrés* comentó que en el 2019 una de las bandas que controlan la zona donde vivía lo reclutó para que formara parte de una red de microtráfico por una buena paga, y él aceptó.
Según la investigadora social y profesora de la Universidad Central de Venezuela Angeyeimar Gil, en la crisis que enfrenta Venezuela lamentablemente va a ser más fácil tener como expectativa ser delincuentes, pues es ahí donde se maneja más dinero y poder. “Tienen armas, carros y estatus dentro de los barrios, y eso termina generando mayores expectativas en los niños y adolescentes”.
“Yo era el lleva y trae. Me metían la droga en un bolso, me ponía un uniforme y salía a entregar” aseguró el adolescente, que actualmente enfrenta un proceso judicial.
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