Sus desplantes a Coca Cola y Heineken son impropios de dos estrellas que amasan fortunas por los patrocinios.
Por marca.com
Dos hechos en días consecutivos han removido unos cimientos de la mercadotecnia que llevan instaurados desde hace tiempo en el deporte y su patrocinio. Cristiano Ronaldo, primero, sacando del tiro de cámara dos coca colas, y Paul Pogba, después, escondiendo una cerveza Heineken 0,0, sponsors ambos de la Euro 2021, han atentado directamente contra las normas del negocio y creado una publicidad negativa para dos anunciantes de primera línea.
Fueron dos gestos poco inteligentes y egoístas. Son dos estrellas del deporte que, como dicen en Estados Unidos, “conocen el juego” y que saben que sin el dinero privado esto no se sostiene. Su actitud es reprochable porque están a la cabeza en actos promocionales cuando es su pasta la que está en juego. El efecto de la niñería de Cristiano se ha traducido en 4.000 millones de dólares. Si esa cifra es cierta, la renovación de los contratos de CR7 en los próximos años se tendrá que multiplicar por cinco viendo la magnitud de sus consecuencias. NI el coronavirus crea un agujero tan grande.
Lo más desagradable es que se ha hecho a dos patrocinadores que se mueven en el filo. Coca Cola, el primer patrocinador olímpico y, por lo tanto, el primer patrocinador del deporte en su concepto mundial, vive momentos críticos en cuanto imagen. Pasó de ser la chispa de la vida a encabezar con las hamburguesas el catálogo de alimentos poco saludables, cuando desde la firma de Atlanta se han devanado los sesos para sacar al mercado productos bajos en azúcar y diversificar el mercado hasta con 50 productos más. Heineken, por su parte, lleva más de 25 años apoyando a la UEFA y también ha tenido que explotar las líneas 0,0 para seguir teniendo visibilidad en el deporte.
No corren tiempos para que el fútbol maltrate a dos de sus anunciantes. Y menos que lo hagan dos de sus estrellas, que irónicamente lideran selecciones apoyadas por esos patrocinadores en sentido contrario. Sagres (Heineken) a Portugal y Coca Cola, a Francia. En esa botella encima de la mesa viajan muchos puestos de trabajo de las empresas -todos los departamentos de patrocinio- y el futuro de los futbolistas que están por llegar. La próxima vez alguien debería recordar a Cristiano y Pogba que hay que usar lo que hay que debajo de la gomina.