La cefalea es un dolor localizado en la cabeza, más precisamente en las meninges, que son las membranas que envuelven al cerebro. Allí se encuentran las terminaciones sensitivas del nervio trigémino, así llamado porque tiene tres ramas que conducen las sensaciones de los vasos sanguíneos en el interior y exterior del cráneo, las meninges, la cara, la boca y los ojos.
Por Infobae
Ante la llegada de estímulos (pueden ser tan variados como olores, alimentos y estrés, entre otros) se envían mensajes al tálamo, un núcleo cerebral que está en contacto con otras estructuras nerviosas cercanas que manejan la conciencia del dolor y la respuesta emocional.
Este nervio es mixto, es decir, que tiene una porción sensitiva y una porción motora. La parte sensitiva de este nervio se divide en tres porciones:
1- El nervio oftálmico, que conduce información sensitiva del cuero cabelludo, la frente, el párpado superior, el techo de la órbita, la mucosa nasal y los senos paranasales frontales.
2- El nervio maxilar brinda información sensitiva sobre el párpado inferior y la mejilla, el dorso y la punta de la nariz, el labio superior, los dientes superiores, la mucosa nasal, el paladar, el techo de la faringe y los senos maxilares etmoidales y esfenoidal.
3- El nervio mandibular lleva la información del labio inferior, los dientes inferiores, y las alas de la nariz y el mentón.
La cefalea es un síntoma que engloba cualquier tipo de molestia localizada en la cabeza.
Existen alrededor de 150 tipos, pero se puede dividir en dos grandes categorías: las cefaleas primarias y las cefaleas secundarias.
Las cefaleas primarias son aproximadamente el 90% del total y son aquellas en las que el dolor de cabeza tiene criterios muy definidos, constituyen un trastorno frecuente en la población en general.
Las cefaleas secundarias son consecuencia de otra enfermedad que cursa con dolor de cabeza y otros síntomas.
Cefalea y COVID-19
Entre las cefaleas secundarias, se encuentra la que se asocia a la infección por el SARS-CoV-2. Hoy en día, la cefalea entra como síntomas para la definición de caso sospechoso de COVID-19. En estos pacientes, la cefalea es muy intensa y se agrava con los movimientos de la cabeza ante la presencia de estímulos físicos o químicos (ruidos, luces, olores). Puede impedir el sueño, es opresiva o pulsátil y suele localizarse en la región temporoparietal (las sienes), en la parte de la frente o periorbital (alrededor de los ojos). La cefalea aparece solo en la fase activa de la enfermedad, se calcula que está presente en el 6,5% al 38% de los pacientes con COVID, y en muchos casos es el síntoma inicial de la infección.
Esta cefalea también puede estar acompañada por otros síntomas otorrinolaringológicos como dolor en los dientes superiores, bloqueo nasal, presión facial y secreción nasal de tipo purulenta importante, además de descarga posnasal y tos.
Sin relación con el coronavirus, pero sí con los tiempos de pandemia, es importante tener en cuenta la cefalea que se produce por contractura o tensión de los músculos del cuello y del cuero cabelludo como respuesta al estrés, a la ansiedad, y también al uso excesivo de la computadora en posiciones incorrectas durante un tiempo prolongado. En estos casos, la corrección postural que apunte a alinear la cabeza con el tronco evitando llevar la cabeza hacia el frente, los hombros caídos y la espalda encorvada, ayudará a disminuir este tipo de dolores.
La exposición a las pantallas durante tantas horas al día también puede causar alteraciones de la visión, que a su vez desencadenan cuadros de cefalea. Aquí, el dolor de cabeza es intenso, continuo y conlleva una sensación de pesadez que amerita una interconsulta con el médico oftalmólogo.
En estos tiempos pasamos muchas horas dentro de casa, ya con el uso de la calefacción por la llegada del clima frío. La intoxicación oculta por monóxido de carbono, cuya frecuencia suele ser infravalorada, tiene como manifestación más común una cefalea inespecífica con evolución irregular. El diagnóstico se establece al detectar niveles de carboxihemoglobina en sangre venosa superiores al 10%. Por este motivo, es muy importante controlar el funcionamiento correcto de los aparatos y estufas que se utilizan para calentar el hogar.
Cefalea y rinosinusitis aguda
Es tiempo también de rinosinusitis aguda de causa viral. Esta infección compromete no sólo la nariz, sino también los senos paranasales (en el 87% de los casos, los maxilares; 67% los etmoidales, 39% los esfenoidales y 32% los frontales). Se presenta como un resfrío, puede durar algunos días o durar un poco más ante la existencia de factores predisponentes propios de la persona, como anormalidades anatómicas, factores genéticos, síndromes craneofaciales, enfermedades sistémicas y trastornos alérgicos que pueden llevar a la rinosinusitis bacteriana aguda (con la presencia de bacterias como el neumococo o el Haemophilus influenza). Estos cuadros tienen un impacto negativo en la calidad de vida y, además, es necesario indicar antibióticos, solución salina y corticoides.
Dadas las múltiples causas posibles de cefalea, lo importante es siempre consultar al médico y evitar la automedicación.
* Por Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga (MN 81701). Experta en olfato, alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)