La pareja presentó una demanda el lunes alegando despido injustificado y discriminación por motivos de discapacidad o sexo.
Balbin había trabajado durante casi toda la pandemia, mientras que Reyes había comenzado sólo hace unos meses.
Las mujeres trabajaban conformes usando cubrebocas, con distanciamiento social y se hacían la prueba cada dos semanas, como lo indicaba la empresa.
Balbin y Reyes comenzaron preocuparse cuando intentaban quedar embarazadas mediante inseminación artificial y la compañía les ordenó vacunarse.
La pareja buscó una opinión médica. Su ginecólogo envió una carta en abril indicando que “no se ha establecido la seguridad de la vacuna COVID-19 actualmente disponible para embarazadas”.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) establecen que es “poco probable que la vacuna COVID represente un riesgo” para las mujeres embarazadas, pero los funcionarios señalan que hay “datos limitados” y todavía se están estudiando los efectos.
Según el CDC al menos 120,000 embarazadas se han vacunado en Estados Unidos contra el COVID-19.
Según la empresa, siempre buscaron un camino cooperativo con los empleados en el tema de la vacunación.
“Es política de Great Performances abstenerse de hacer más comentarios en los medios sobre el litigio actual, excepto para aclarar que Great Performances no ha violado la ley”, dijo la portavoz Shelley Clark.