El Barcelona ha cerrado el fichaje del holandés Memphis Depay (Moordrecht, 1994) para cumplir con el deseo de su entrenador, Ronald Koeman, y adquirir a un extremo reconvertido en goleador que buscará triunfar al fin en un club grande.
Depay empezó a despuntar en la élite en el PSV Eindhoven de la mano de un viejo conocido azulgrana, Phillip Cocu, que lo convirtió en la punta de lanza de su equipo para ganar la Liga holandesa en 2015 después de siete años de sequía.
El delantero se confirmó además como una de las sensaciones del fútbol europeo, ya que con solo 21 años fue también el máximo goleador de aquel campeonato, con 22 tantos en 30 partidos.
Tal fue el eco de aquella hazaña que un transatlántico europeo, el Manchester United, puso 34 millones de euros sobre la mesa para llevarse al futbolista.
Los ‘diablos rojos’, que le dieron su mítico dorsal ‘7’, ganaron la carrera a otros grandes como el Liverpool o el PSG, que también quisieron hacerse con sus servicios.
Sin embargo, el esfuerzo del Manchester United para contratar al futbolista no se vio reflejado en el césped: Depay solo permaneció una temporada y media en Old Trafford, con unos números muy discretos de siete goles en 53 encuentros.
Su periodo en Reino Unido, pese a su decepcionante actuación, concluyó con tres nuevos títulos bajo el brazo: una Copa de la Liga, una FA Cup y una Liga Europa.
El siguiente paso del neerlandés, enrolándose en las filas del Olympique Lyon en enero de 2017, parecía iniciar el declive de un juguete roto, pero acabó siendo muy positivo para él.
El ariete encontró en Francia la calma que no tuvo nunca en Inglaterra, exigido desde el primer momento pese a su edad, y confirmó que ni su talento ni su hambre se habían apagado.
Con el Olympique Lyon jugó 178 partidos y allí se convirtió en el líder de su equipo gracias en gran parte a las 76 dianas anotadas en todas las competiciones.
Sus momentos cumbre con el cuadro francés fueron las semifinales de la Liga de Campeones alcanzadas en la temporada 2019-2020 y la final de la Copa de Francia perdida ese mismo año a manos del todopoderoso PSG.
Pero Depay no solo aporta goles, sino que su carisma marca diferencias también fuera del campo. El tatuaje de su espalda, que dibuja el rostro de un león por cada centímetro de su piel, es uno de los más icónicos del mundo del fútbol. De hecho, es la imagen que eligió el Barcelona para anunciar su fichaje.
No tuvo tanto éxito en su faceta como músico como lo tuvo para elegir tatuaje, ya que en 2018 publicó un tema de rap que fue objeto de mofas por la sencillez de sus letras. Entre sus negocios, el nuevo jugador azulgrana también tiene una empresa de moda con su nombre.
Lo que haga fuera del campo no opaca su rendimiento, que nunca pasó desapercibido para los seleccionadores de la ‘oranje’, entre ellos Ronald Koeman, que le dieron un papel protagonista en la nueva Holanda que nació tras no clasificarse para el Mundial de 2018.
Con solo 27 años, Depay ya ha vestido la camiseta naranja en 66 ocasiones, con 27 tantos como bagaje, 11 de ellos cuando Koeman ocupaba el banquillo nacional.
El actual entrenador del Barcelona quiso llevarlo con él al Camp Nou desde su firma en verano de 2020, consciente de sus capacidades y de su situación contractual, ya que entonces solo le quedaba una campaña de vinculación con el Olympique.
Tras fracasar en su primer intento, el técnico ha conseguido por fin reclutar para el Barcelona a Memphis Depay, y lo hace cuando el equipo está falto de acierto de cara a puerta, algo que el nuevo delantero azulgrana puede paliar a tenor de sus números: marcó 20 goles en la última campaña de Liga.
Depay, que está disputando la Eurocopa con Holanda, también aterrizará en Barcelona con ganas de reivindicar sus opciones de triunfar en un club grande ahora que su madurez, dentro y fuera del campo, no tiene nada que ver con la de aquel joven que llegó a Manchester.