Ataques aéreos de Estados Unidos contra grupos armados apoyados por Irán en la frontera entre Irak y Siria dejaron al menos siete muertos durante la noche del domingo, provocando llamados de venganza y el temor a una nueva escalada entre Washington y Teherán.
El ataque, el segundo de este tipo contra objetivos proiraníes desde que el presidente estadounidense Joe Biden asumió el cargo, fue descrito por el Pentágono como “represalia” y se produjo a pesar de los esfuerzos por reactivar el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní.
El portavoz de Defensa estadounidense, John Kirby, dijo en un comunicado que tres instalaciones militares utilizadas por milicias respaldadas por Irán habían sido atacadas, dos en Siria y una en Irak.
Kirby afirmó que los objetivos habían sido utilizados por “milicias respaldadas por Irán que participan en ataques con vehículos aéreos no tripulados (UAV) contra personal e instalaciones estadounidenses en Irak.”
Kataeb Hezbollah y Kataeb Sayyid al-Shuhada, dos facciones armadas iraquíes con estrechos vínculos con Teherán, están entre los “varios grupos de milicias respaldados por Irán” que habían utilizado las instalaciones, dijo Kirby.
Los intereses de Estados Unidos en Irak, donde hay 2.500 soldados estadounidenses desplegados como parte de una coalición internacional para luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico, han sido objeto de más de 40 ataques este año.
La gran mayoría fueron bombas contra convoyes logísticos, mientras que hubo 14 ataques con cohetes, incluidos algunos reivindicados por facciones proiraníes que quieren presionar a Washington para que retire todas sus tropas.
– “Venganza” –
“Dada la serie de ataques en curso por parte de grupos respaldados por Irán que tienen como objetivo los intereses de Estados Unidos en Irak, el presidente dirigió nuevas acciones militares para interrumpir y disuadir dichos ataques”, dijo Kirby.
“En concreto, los ataques estadounidenses tuvieron como objetivo instalaciones operativas y de almacenamiento de armas en dos lugares de Siria y uno de Irak, ambos situados cerca de la frontera entre esos países”, añadió.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) dijo que siete combatientes habían muerto en los ataques en las primeras horas del lunes.
La oenegé también afirmó que al menos seis combatientes más resultaron heridos en la incursión, entre cuyos objetivos estaba un depósito de armas cerca de Albu Kamal, una ciudad siria que se encuentra en el punto en el que la frontera cruza el río Éufrates.
Se trata de “un depósito de armas y una posición militar cerca de Albu Kamal”, dijo a la AFP Rami Abdel Rahman, el jefe del OSDH.
La agencia de noticias estatal siria SANA indicó por su parte que un niño había muerto en el ataque.
Por su parte la Hashed al-Shaabi, una alianza paramilitar que incluye a varios representantes iraníes y que se ha convertido en el principal agente de poder en Bagdad, admitió haber sufrido pérdidas y prometió vengarse.
Los ataques nocturnos de Estados Unidos “provocaron el martirio de un grupo de combatientes heroicos”, indicó. “Seguiremos siendo el escudo que defiende a nuestra amada nación, y estamos totalmente preparados (…) para responder y vengarnos”, añadió.
– Acuerdo nuclear –
En los últimos años algunos de los grupos de milicianos que forman la Hashed al-Shaabi se desplegaron en Siria para apoyar a las fuerzas del régimen y favorecer los intereses de Irán en ese país.
En febrero, los ataques estadounidenses contra instalaciones en el este de Siria utilizadas por las milicias respaldadas por Irán dejaron más de 20 combatientes muertos, según el Observatorio.
Los últimos ataques estadounidenses se producen dos días después de que Estados Unidos y Francia advirtieran a Irán de que se estaba agotando el tiempo para volver al acuerdo nuclear.
La reanudación del acuerdo internacional con Irán de 2015 fue una promesa de Biden después de que el pacto fuera abandonado por su predecesor Donald Trump.
El organismo de supervisión nuclear de la ONU dijo el viernes que no había recibido respuesta de Teherán sobre la posible extensión de un acuerdo temporal sobre la inspección de las instalaciones nucleares iraníes que expiró el jueves. AFP