Valera.- Mientras algunos con el mote de los Derechos Humanos avalan con laxitud y mansedumbre cualquier cosa que suene electoral, en numerosas regiones -no solo fronterizas- no hay más elección que huir de la crisis y los grupos armados.
De modo ya monotono llaman a inscribirse o actualizar un Registro Electoral viciado, cuando no hay modo de defender una mesa electoral frente al ELN, Farc o El Coqui.
Bien documentado está que la integridad territorial de Venezuela, como Estado, ha sido violentada y entregada desde los tiempos de Hugo Chávez.
Javier Tarazona lo sacó en cara a Tareck William Saab, Padrino López, Rodríguez Chacín y demás esbirros de Maduro; abiertos defensores de las guerrillas de base comunista colombianas.
¿Qué clase de escrutinio, denuncia, arbitraje o cualquier modo de mediación electoral será creíble cuando alguien presenta algo legítimamente ante la fiscalía y es apresado por ello? ¡A Javier hasta le borraron su cuenta de Twitter!
Además de la eterna majadería izquierdista con la cual siempre acusan de espías del imperio a todos los que no se confabulan con ellos, las denuncias han sido muy claras y bien documentadas, respaldadas por algo que poco se ve en los tribunales venezolanos: ¡pruebas!
El modelo de justicia y transparencia que expresa Fundaredes como equipo y Javier Tarazona como individuo, es el paradigma con el cual nosotros sí deberíamos poder asistir a un proceso electoral.
Una elección creíble solamente será posible cuando los valores íntegros de Fundaredes sean los que imperen, no los del secuestro censor.
@ReporteroAndres