El coronavirus dejó muchos efectos secundarios a su paso entre las personas que lo padecieron: pérdida del olfato y gusto, la conjuntivitis, las lesiones cutáneas en forma de urticaria o la pérdida del cabello de una forma rápida y masiva fueron algunos de las situaciones médicas que debieron sobrellevar aquellas personas que se recuperaron.
Por Clarín
Entre estas consecuencias producidas por la enfermedad, la pérdida del olfato y del gusto generó secuelas que, meses después, todavía persisten en hombres y mujeres recuperados del coronavirus.
Muchos pacientes están sufriendo un trastorno llamado “parosmia”, un fenómeno que hacen que los olores y sabores se distorsionen, que se comiencen a oler “cosas raras”.
La pérdida parcial o completa del olfato, o anosmia, suele ser el primer síntoma del coronavirus. La pérdida del gusto, o ageusia, también puede ser un síntoma.
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