Especialistas explicaron a Infobae México por qué sí pudo haber daño ambiental y qué fue lo que probablemente generó el incendio registrado cerca de una plataforma de Pemex hace una semana: “Es casi imposible que lo haya provocado un rayo”.
Por infobae.com
La madrugada del 2 de julio, la superficie del Golfo de México —uno de los ecosistemas con mayor diversidad biológica del planeta— se prendió en llamas, como consecuencia de una fuga de gas en un ducto marino de Pemex; peces, tiburones, tortugas, moluscos y crustáceos, entre otras especies, incluso en severo peligro de extinción, fueron sólo algunas de las que probablemente se encontraban cerca de este “jacuzzi del infierno”.
La bola de fuego no sólo sorprendió a la fauna marina, las imágenes del “desastre apocalíptico” dieron vuelta al mundo entero y aunque Pemex comunicó que el fuego había sido controlado, las críticas nacionales e internacionales no se hicieron esperar, al poner en la mira —nuevamente— la política energética del Gobierno de México, basada en aumentar la producción de combustibles fósiles en lugar de migrar a energías verdes para producir energía.
Sin dar más detalles, la empresa que dirige Octavio Romero Oropeza comunicó que el incendio en la superficie del océano no había provocado daño ambiental, pues no existió derrame de crudo; sin embargo, lo que no explicó fue que el gas natural que sí logró fugarse está compuesto principalmente de metano, un combustible fósil mucho más contaminante que el dióxido de carbono.
“Me parece una irresponsabilidad que salgan ahora mismo a decir que no hay ningún impacto ambiental. Para este momento es imposible que Pemex haya podido realizar un estudio a profundidad para determinar el daño (…) no tienen ningún argumento técnico, ningún sustento ni evidencia científica que así lo demuestre”, comentó Pablo Ramírez, investigador de energía y cambio climático de Greenpeace, a Infobae México.
El especialista aseguró que aunque por ahora es muy difícil calcular el verdadero daño ambiental, “definitivamente lo hubo”, pues este no fue un evento normal en el ecosistema y cualquier cosa que lo desequilibre tendrá impacto importante en la vida marina.
“Imagínate la cantidad de gas que se tuvo que haber fugado para que se mantuviera encendido el fuego en medio del mar durante cinco horas”, dijo el investigador, al alertar que probablemente el daño no sólo haya sido en el mar, sino también en la atmósfera, ya que si bien las llamas quedaron en la superficie del agua, “recordemos que el metano es un gas de efecto invernadero que tiene gases de triple potencial calórico que el CO2 y el hecho de que se estuviera venteando esa cantidad de metano a la atmósfera, es algo importante”.
Cabe destacar que por sus actividades de extracción y refinería, Pemex ocupa el tercer lugar entre las petroleras con mayor riesgo ambiental del planeta y es la novena compañía del sector que genera mayores emisiones de metano y dióxido de carbono a nivel mundial, según un análisis de México Evalúa, con base en datos del 2021 de la evaluadora de riesgos ambientales, Sustainalytics.
“Casi imposible que lo haya provocado un rayo”
Si bien hubo una fuga de gas en el gasoducto de bombeo neumático de 12? que alimenta los pozos de la plataforma Ku-C, la paraestatal explicó que dicho hidrocarburo fuera de la tubería migró del fondo del mar a la superficie y dadas las descargas eléctricas y fuertes lluvias, se produjo el incendio.
No obstante, “es altamente improbable que de todos los lugares del océano haya caído exactamente ahí un rayo, pudo haber pasado, pero simplemente es casi imposible que haya ocurrido así”, aseguró Gonzalo Monroy, director general de GMEC, consultora enfocada en el sector energético, a Infobae México.
Explicó que estas líneas de recolección operan vía remota y están doblemente electrificadas, por lo que “es muy posible que cuando estuvo cerca de la válvula (electrificada) y al tener una ruptura, se creó un arco eléctrico, entonces, a la presencia del gas natural y metano, al tocar esta pequeña chispa, ahí tienes la definición tal como se vio (incendio sobre el mar)”.
Además, el especialista en el sector energético aseveró que para conocer la verdadera causa de la fuga se tendría que realizar una investigación detallada, ya que el escape del hidrocarburo se pudo haber originado por falta de mantenimiento, altos niveles de corrosión, incluso, por un movimiento de olas súbito o por la presencia de un pez grande que haya pegado ahí.
“Jacuzzi del Infierno”
Las impactantes imágenes que se registraron en este incendio dieron la vuelta al vuelto provocando la indignación global. Monroy explicó que las burbujas que gorgotearon confirmaron la presencia de los gases mencionados, precisamente por la densidad diferente que tienen con respecto al agua marina.
“Sabemos que cuando llegó a la parte de la combustión, gran parte de este metano se empezó a quemar, empezó a hacer esta parte de ebullición y sí, la liberación típicamente es de CO2. Se vio espectacular, las escenas parecen de un jacuzzi del infierno o sacadas del ojo de Sauron”, detalló.
No obstante, reconoció que este incidente pudo haber sido mucho peor, al considerar que Pemex “tomó las decisiones correctas”, ya que el siniestro se registró a unos 150 metros de la plataforma petrolera.
“Si Pemex, en un escenario alterno, no hubiera tomado las decisiones correctas y hubiera cerrado la producción, se hubiese creado un acumulamiento de presión que pudo haber reventado la línea y podría haber llegado hasta la plataforma, donde tenemos gente trabajando. Por más apocalíptica que se pudo haber visto la escena, qué bueno que ocurrió en el agua, alejada de la gente y no estamos lamentando que se haya muerto alguien”, dijo.
Este miércoles, la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA) informó que la paraestatal tendrá un periodo de seis meses para presentar el informe de una investigación sobre el incendio.
A través de un comunicado, precisó que luego de que la paraestatal entregue la investigación, se difundirán las recomendaciones y lecciones para evitar la ocurrencia de eventos similares.