Las encuestas demuestran que la mayoría de las personas inteligentes suelen creer que la condición del mundo está empeorando en lugar de mejorar.
Considere una encuesta de 2016 realizada por la empresa de encuestas de opinión pública YouGov que le preguntó a las personas en 17 países, “Considerando todas las cosas, ¿cree usted que el mundo está mejorando o empeorando, o que no está ni mejorando ni empeorando?” 58 por ciento de los encuestados pensaron que el mundo estaba empeorando, un 30% dijeron que ni lo uno ni lo otro. Solo un 11% pensó que las cosas estaban mejorando.
En EE.UU., un 65% pensaba que el mundo estaba empeorando, y un 23% dijo que ni lo uno ni lo otro. Solo un 6% de los estadounidenses respondió que el mundo está mejorando.
Como mi co-autor Ronald Bailey y yo demostramos en nuestro libro de 2020 Ten Global Trends Every Smart Person Should Know: And Many Others You Will Find Interesting, esta visión oscura de los prospectos de la humanidad y del mundo natural está, en gran medida, terriblemente equivocada.
Utilizando datos generalmente aceptados y tomados de fuentes oficiales y científicas como las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Mundial, demostramos que, según la mayoría de indicadores, el mundo está mejorando a un paso acelerado.
A nivel global, los ingresos están aumentando (antes de la pandemia del COVID-19, el ingreso medio de EE.UU. se encontraba en un punto históricamente alto), y la pobreza absoluta está cayendo. Vivimos vidas más largas, y cada vez más mamás sobreviven el embarazo y más bebés llegan a ser adultos. La humanidad tiene acceso a más alimentos y educación, también tiene acceso agua más limpia y a un saneamiento más seguro. Las tasas de homicidio han caído desde desde niveles altos en la mayoría de lugares, aunque esa tendencia se ha revertido parcialmente recientemente. Combatimos menos guerras y las guerras que sí luchamos son más cortas y cuestan menos vidas. La brecha entre hombres y mujeres en la educación y el ingreso se está cerrando rápidamente.
Otras tendencias positivas incluyen el incremento en la libertad global, el declive de la desigualdad de ingresos, una disminución de la porción de la población mundial que vive en barrios pobres, el empoderamiento político de las mujeres, el aumento de los puntajes de coeficiente intelectual, la despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, el continuo aumento de las vacunaciones en contra de enfermedades contagiosas, el declive en las tasas de mortalidad por cáncer, la caída en el uso de la pena de muerte, la disminución del gasto y de la conscripción militar (nuevamente, parcialmente revertidla durante los últimos años), la reducción de los arsenales nucleares, un declive en las horas de trabajo dejándonos más tiempo libre para actividades de ocio, hay cada vez menores tasas de trabajo infantil y de accidentes en el trabajo, un mayor acceso a la electricidad, y un mayor acceso a la información producto del Internet.
Por supuesto, no todo está mejorando. Eso sería un milagro, no progreso.
Aún así, muchos de los problemas que todavía enfrentamos están siendo abordados o están en la cúspide de ser tratados. La cobertura forestal está aumentando en los países ricos, las especies están siendo protegidas a niveles sin precedente alrededor del mundo, las reservas de agua fresca están siendo respuestas mediante la desalinización en el Oriente Medio, la erosión de la tierra está reduciéndose mediante la agricultura de precisión en Israel, y las emisiones de CO2 han caído en Francia y Suecia que son amigables con la energía nuclear. En el futuro, los cultivos genéticamente modificados podrían derivar en un declive en el uso de nitrógeno y fósforo y el stock de peces salvajes podría recuperarse mediante un mayor uso de la acuacultura, que se está expandiendo rápidamente en China.
Lo que se necesita para abordar los problemas actuales y del futuro es libertad e inteligencia. Las personas que son libres de pensar, hablar, leer, publicar e interactuar con otros generan nuevas ideas; las nuevas ideas conducen a nuevas invenciones y las invenciones probadas en los mercados conducen a innovaciones útiles que nos benefician a todos. El progreso humano, en otras palabras, depende de la libertad de expresión. No podemos tener lo primero sin lo segundo. Permítasenos, por lo tanto, mantener y proteger ambos.
Recuerde que no puede arreglar lo que está mal en el mundo si no sabe lo que realmente está pasando.
Este artículo fue publicado originalmente en The Advocate (EE.UU.) el 3 de junio de 2021.