Una cabina para hacer videollamadas en un hospital en Bolivia acerca a los pacientes con covid-19 y sus familiares, quienes esperan con ansias esos cinco minutos para verse a través de la pantalla y transmitirles buenos ánimos en su proceso de recuperación.
Las tardes de los lunes, miércoles y viernes de cada semana se viven momentos emotivos en el Hospital Municipal de Cotahuma en La Paz, cuando los familiares de los pacientes con covid-19 esperan su turno para ingresar a la cabina de videollamadas y conversar con su ser querido.
El personal médico prepara una lista con los nombres de los pacientes que están aptos para hacer el contacto sin que implique mucho esfuerzo de parte del enfermo, luego prenden la computadora y un monitor, desinfectan el área y coordinan con las enfermeras para que busquen al paciente.
En tanto el familiar pasa por una cabina de desinfección antes de entrar al área de videollamadas y en muchos casos los parientes preparan uno o dos celulares para que más miembros sean parte del breve contacto y solo toca esperar ver el rostro de su ser querido a través de la pantalla.
LAS CONVERSACIONES
“Te veo bien, yo sé que vas a salir adelante, ya vamos a vernos aquí afuera”, le dice Héctor Ordóñez a su mejor amigo que está internado hace una semana.
“¿Necesitas algo?, ¿te has antojado algo de comer, un refresquito?, ¿te hace frío, necesitas un abrigo, tal vez otro pijama?, le pregunta Ordóñez intentando no perder ni un segundo para ver la forma de ayudar a su amigo, que del otro lado de la pantalla sonríe.
“He podido charlar viéndole como está él, ver su cara me alegró, ha recuperado bastante”, dijo a Efe Ordóñez.
El boliviano Carlos Mora fue a visitar a su hermana por primera vez tras ser internada. “Yo sé que eres fuerte, yo sé que vas a salir de esta”, le dice.
Mora expresó a Efe que son muy importantes estos contactos para que su hermana sienta el apoyo de su familia, subirle los ánimos y que no se sienta sola en el aislamiento.
En unos contactos los familiares se mandan besos y abrazos a la distancia y salen un poco más aliviados de ver el semblante de su ser querido, pero en otros casos hay muchas lágrimas de por medio, rezos e incluso un sabor de despedida en sus palabras.
Luego de realizar la videollamada, las familias esperan afuera para nuevamente ser llamadas por el personal sanitario y pasar a otra cabina en la que hay un teléfono y al otro lado el médico para informarles la situación de salud de su pariente y así mantener un flujo de comunicación permanente.
LA INICIATIVA
La idea de realizar una cabina de videollamadas fue del ingeniero Óscar Illanes, que tras vivir en carne propia la internación de un familiar y no poder hablar con él ni despedirse antes de su muerte, le impulsó a pensar una forma de comunicación segura.
Gracias a su iniciativa, el Hospital Municipal de Cotahuma, que atiende exclusivamente a pacientes covid, es el único en el departamento que cuenta con esta cabina.
“Ha sido óptimo este contacto, ya que se ha podido percibir la mejora de muchos pacientes, les ha levantado el ánimo y también al familiar”, comentó a Efe Illanes.
Por su parte, la directora de ese hospital, Ximena Mercado, recordó que antes las familias dejaban carteles al frente del nosocomio o enviaban cartas para mantener el contacto con su familia, luego se habilitó un teléfono y ahora con las videollamadas ha mejorado la comunicación “que ha permitido generar este lazo” que es necesario para “favorecer la recuperación de los pacientes”.
EFE