La búsqueda de hierro se ha extendido por toda Tucupita. Quienes se dedican a esta actividad hacen lo posible para conseguir las chatarras para comer.
Las personas que se dedican a recolectar chatarras, para vendérselas a compañías que llegaban a Tucupita desde el estado Bolívar, conseguían el hierro con mucha facilidad, pero se fueron sumando más buscadores, ahora resulta más difícil conseguir el material.
Por Tane Tanae
Ahora hay personas que se dedican a cambiar comida por hierro para después revender la chatarra a los camioneros. Los talleres mecánicos son los lugares principales a donde acuden con más frecuencia.
Narciso Quevedo, un ciudadano que vive en la urbanización Delfín Mendoza de Tucupita, asegura que el negocio de vender chatarras, continúa: Solo que, al agotándose el hierro, han tenido que ingeniárselas.
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