El californiano, dos veces nominado al Oscar, no quería reiterarse como el actor secundario gracioso de las comedias. Rechazó mega producciones en pos de convertirse en un intérprete todo terreno y no le fue nada mal
Por Infobae
Jonah Hill ha tenido que pelear por cada oportunidad. No le fue nada fácil. Tuvo que saber elegir para dejar a un lado el registro cómico que le dio el reconocimiento en sus primeros años, con películas como “Virgen a los 40? o “Súper Cool”. Sus inicios como comediante malhablado fueron tan exitosos que parecía destinado a seguir siendo un actor secundario divertido de Hollywood durante el resto de su carrera. Sin embargo, ceñirse a la fórmula del éxito no estaba en sus planes.
En 2010, comenzó a trabajar horas extras para mostrar su notable rango como actor, así como en su oficio como escritor y director. Esto ha dado sus frutos: fue nominado a dos premios de la Academia por sus actuaciones en “Moneyball” y “El lobo de Wall Street”.
“Todos los actores están encasillados, pero traté de cambiar el casillero en el que estaba porque no quería quedarme atrapado allí”, contó al diario The Guardian mientras promocionaba su primer largometraje como director, “Mid90s”, un filme en parte biográfico sobre un grupo de adolescentes creciendo en los noventa con la cultura del skate de fondo. “Los niños pequeños no tienen las herramientas para comunicar su tristeza o dolor”, afirmó el actor medio. Y cuando un usuario de Instagram lo llamó “nerd gordo”, Hill respondió: “La ira es solo tristeza retenida demasiado tiempo. Estoy aquí para ti, amigo “.
La película fue bien recibida tanto por el público como por la crítica. Con este éxito en su haber, es probable que no hayamos visto el último trabajo de Hill detrás de la cámara.
El mismísimo Martin Scorsese, su máximo ídolo, le enseñó la lección más valiosa para este nuevo reto: “Da la sensación de que la película evolucione por sí misma. Todo es muy metódico, pero acepta los cambios y hace que todo se transforme en pleno rodaje”.
Un monosílabo como “no” explica parte de su éxito. Rechazó ser uno de los protagonistas de “¿Qué pasó ayer” de Todd Phillips y evitó ser el compañero de Shia Labeouf en “Transformers” pese a que el productor Steven Spielberg se lo ofreció. No quería encasillarse como el actor secundario gracioso. Hill quería comenzar a asumir papeles dramáticos, por lo que se negó. “He evitado las películas de superhéroes y franquicias de manera consciente. Las respeto, pero no me sentiría cómodo”. Hoy se siente a gusto con cada decisión: “Estoy orgulloso de haber conseguido otros papeles. No despierto cada día pensando en mis candidaturas al Oscar, pero empujaron a muchos cineastas a llamar y confiar en mí”.
Actor por accidente y gracias a Dustin Hoffman
Jonah Hill Feldstein creció pegando fotografías de Stanley Kubrick y Scorsese en las paredes de su dormitorio. Tuvo una infancia de clase media alta en Los Ángeles con una familia relacionada al mundo del entretenimiento: su madre, Sharon, trabajaba en moda, y su padre, Richard, era contador de Guns N ‘Roses y se fue de gira con la famosa banda durante varios años. “Pero no era como una estrella de rock”, aclaró Hill en una entrevista con The Guardian en 2019. “Lidiar con las finanzas no es tan interesante”.
Cuando Hill tenía ocho años, sus padres le explicaron que personas reales eran los responsables de su caricatura favorita, Los Simpson, y eso le cambió la vida. “Yo estaba como: ‘¡No puedo creer que sea un trabajo!”, relató al citado medio. Y luego tomó una decisión profética. En lugar de querer imitar las voces de Bart y Homero, el joven Hill comenzó a escribir guiones de Los Simpson y lo sigo haciendo hasta los 16 años.
Como detalló el actor a Rolling Stone, comenzó a comportarse mal de adolescente cuando a su madre le diagnosticaron cáncer. Una noche, cuando Hill tenía 15 años, él y un amigo se escaparon en una camioneta. Hill había sacado el brazo por la ventana cuando el coche se puso en marcha a mitad del paseo. Lo siguiente que supo el actor fue que estaba en el hospital, escuchando a los médicos discutir si tendrían que amputarle el brazo, que había sido arrastrado por la acera. El incidente fue aterrador y aleccionador. Ver a su padre y su madre llorando en su habitación del hospital hizo que Hill se diera cuenta de que necesitaba ponerse en marcha. Hoy, usa la marca que quedó en su brazo derecho como motivación: “Miro esta cicatriz todos los días. Eso me recuerda que debo trabajar duro”.
Se convirtió en actor por accidente y gracias a una destacada estrella del cine que lo ayudó a ingresar al negocio. El hijo del legendario Dustin Hoffman, Jake, era compañero de Hill en su escuela privada de Santa Mónica. Hoffman observó a Hill hacer llamadas telefónicas en broma fingiendo ser el asistente de Tobey Maguire; una vez convenció a un hotel para que instalara un tanque de agua para la ficticia foca mascota de Maguire. Impresionado con la habilidad de Hill para improvisar, Hoffman lo ayudó a conseguir su primer papel cinematográfico en la comedia “I Heart Huckabees” (2004) dirigida por David O. Russell.
A partir de ahí, Hill comenzó a consiguir trabajo por su cuenta, a veces en películas que todavía no ha visto, como “Click” de Adam Sandler. Pronto, fue bienvenido en la compañía de Judd Apatow y logró un personaje en “Súper cool” (2007) que Seth Rogen había escrito para él.
Una dolorosa muerte en la familia
La tragedia golpeó a la familia de Hill cuando el hermano mayor del actor, Jordan Feldstein, manager de Maroon 5, fue encontrado muerto el 23 de diciembre de 2017 en su casa de Los Ángeles. De acuerdo con el informe forense, Jordan -quien estuvo casado con la hija de Clint Eastwood— falleció como resultado de una embolia pulmonar a los 40 años.
Jonah sigue sin consuelo por esta repentina pérdida.
Cuando fue consultado sobre su hermano durante una entrevista con el periodista Howard Stern, el actor se negó a hablar sobre él y explicó: “La única razón por la que no quiero hablar de eso es porque es doloroso … Lo extraño, lo amo y desearía que estuviera aquí “.
Jonah no es la única estrella en su familia. Su hermana Beanie Feldstein ha demostrado ser tan hábil en la comedia como su hermano mayor. “Está hecha para eso. Es mi mejor amiga en todo el mundo. No habría sobrevivido sin ella”, afirmó con orgullo el actor en un reciente entrevista, donde también remarcó que su hermana no ha seguido sus pasos porque su pasión por la actuación comenzó mucho antes que la suya. “Ella quería ser actriz mucho antes que yo. Yo caí en la actuación de forma accidental y emocionante hace 15 años”.
Aunque el verdadero nombre de la actriz es Elizabeth, su apodo de la infancia se ha quedado con ella en su carrera. Es 10 años más joven que Jonah, pero no se queda atrás de él en términos de notoriedad. Beanie es mejor conocida por interpretar a Molly en “Booksmart”(2019), una película que se ganó una avalancha de elogios de la crítica. En los últimos años logró mayor reconocimiento por su trabajo en “What We Do in the Shadows”, una comedia de terror. Al igual que su hermano mayor, también ha comenzado a incursionar en papeles más dramáticos. Interpretó el papel secundario de Jenna en “Lady Bird” de 2017 y está lista para interpretar a Monica Lewinsky en “American Crime Story: Impeachment”.
Hill estaba devastado por el fallecimiento de su hermano y prefirió mantener en privado su dolor. Sin embargo, Beanie publicó un ensayo titulado “Gafas de dolor” en la revista InStyle, en el que describió su duelo como si usara un par de gafas que no podía quitarse. “Y estos anteojos me hacen ver el mundo de manera diferente a como lo veía antes. Los colores se mezclan más vívidamente”, escribió. “Pero de alguna manera son más viscerales. Más vibrantes. Más presentes. Simultáneamente más inspiradores y más dolorosos”.
Lo que sea a cambio de trabajar con Scorsese
Para cuando llegó el año 2013, Jonah Hill se estaba convirtiendo en un actor de renombre en Hollywood. Había formado parte de varias comedias de gran éxito y también había recibido su primera nominación al Oscar por su papel en “Moneyball”, protagonizada por Brad Pitt y el fallecido Philip Seymour Hoffman. Ese mismo año cumpliría uno de sus grandes sueños en la pantalla grande: trabajar bajo las órdenes del mismísimo Scorsese.
Hill estaba tan desesperado por trabajar con Scorsese que aceptó la suma de 60.000 dólares (el salario mínimo que permite el Sindicato de Actores de los EEUU) por el rol de Donnie Azoff, el socio y mejor amigo de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio), en “El lobo de Wall Street”. DiCaprio, la estrella de la producción, cobró 10 millones de dólares por su papel.
Además, el intérprete estadounidense confesó que apenas le enviaron el contrato por fax lo firmo ya que tenía miedo de que se arrepintieran y contrataran a otro actor.
Estaba tan entusiasmado con el proyecto que incluso habría pagado para estar bajo sus órdenes. “Hubiera vendido mi casa y le hubiera dado a Scorsese todo mi dinero por trabajar con él. Habría hecho cualquier cosa en el mundo. Y lo volvería a hacer sin pensarlo”, sentenció el actor y reconoció que para ganar dinero hace otro tipo de películas.
“El lobo de Wall Street” es, en muchos sentidos, una película sobre el exceso. Desde sus 180 minutos de duración hasta sus cantidades extremas de desnudez y palabrotas en pantalla, la película tiene la intención de representar tanto las recompensas como los costos de vivir una vida de lujo y libertinaje sin fin. Sin embargo, aunque las numerosas secuencias de fiestas de la película sirven para ilustrar lo absurdo de las aventuras de Belfort, filmarlas no fue una tarea fácil para sus actores y equipo. De hecho, Hill debió ser hospitalizado por una grave bronquitis consecuencia de toda la cocaína falsa que aspiró durante el rodaje.
“Estuvimos, literalmente, consumiendo cocaína falsa durante siete meses”, recordó Hill tras especificar que el sustituto de la droga era en realidad polvos vitamínicos. “Nunca antes había tomado tanta Vitamina D, en toda mi vida. Podría haber levantado un auto por encima de mi cabeza”, relató la estrella en el show de Bill Simmons para la cadena HBO.
Los esfuerzos de Hill para ganarse a Scorsese no pasaron desapercibidos. Recibió su segunda nominación al Oscar como mejor actor secundario en 2014 por su actuación en la película, que a su vez obtuvo un total de cinco candidaturas de la Academia ese año.
Como detalló en 2013, el actor planeó una venganza particularmente desagradable contra DiCaprio, debido al trato duro que recibió de su amigo. Ambos actores tuvieron que grabar varias escenas de peleas físicas. Hill declaró que DiCaprio “básicamente me golpeó hasta más no poder” durante los meses de rodaje, así que decidió utilizar sus habilidades de improvisación para hacerle pasar un mal momento en el set.
En una escena que filmaron cerca del final del rodaje, los personajes de DiCaprio y Hill comen sushi. Se supone que el personaje de Hill tomaba la última pieza y se la come, pero el actor se salió del libreto adrede y decidió cederle esa última pieza cada vez que escuchaba la palabra ¡Acción!. DiCaprio obedeció y, muchas tomas después, terminó vomitando fuera de cámara en un tacho de basura tras comer casi 70 piezas de pescado crudo.
Su poderoso mensaje sobre la aceptación
Hill por fin ha ganado la batalla a las inseguridades y baja autoestima que lo ha acompañado desde pequeño, y lo hizo saber con una inspirador y contundente mensaje de aceptación en sus redes sociales, después de que una publicación de la prensa británica centrara todo un artículo en su físico. Sus 2,9 millones seguidores conocen que el actor ha luchado con su cuerpo, y que en 2017 bajó 30 kilos de sobrepeso con apoyo de sus colegas Channing Tatum y Dwayne “La Roca” Johnson, quienes lo ayudaron en el entrenamiento físico.
El artista compartió en sus redes una noticia del tabloide Daily Mail dedicada a él, donde publicaban unas imágenes suyas en traje de baño y sin camiseta tras haber hecho surf en Malibú. “Creo que nunca me quité la camiseta en una piscina hasta los 30 años, incluso delante de mi familia y amigos. Probablemente habría ocurrido antes si mis inseguridades infantiles no se hubieran visto exacerbadas por años de burlas públicas sobre mi cuerpo por parte de la prensa y los entrevistadores”, denunciaba con una captura de la publicación.
“Tengo 37 años y por fin me quiero y me acepto”, afirmó, y dedicó el post a “esos niños que no se quitan la camiseta en la piscina”. “Diviértete. Eres maravilloso y perfecto. Todo mi amor. Ah, y Daily Mail, ni siquiera tú puedes quitarme esa sonrisa de la cara”.