El léxico de la violencia en Venezuela

El léxico de la violencia en Venezuela

FOTO: Yuri CORTEZ / AFP

 

 

 





Argot de bandas y pandillas, jerga de policías, lenguaje de calle… Venezuela ha visto nacer expresiones características de la violencia cotidiana que viven sus habitantes.

 

– Barrio o barriada: La palabra en español usada para urbanización se transformó poco a poco, convirtiéndose en el equivalente de la “favela” brasileña. Se trata de urbanizaciones desfavorecidas por lo general construidas en las faldas de las colinas o zonas pantanosas. Barriadas que de por sí eran marginales, en su mayoría están ahora urbanizadas, con vías, casas de ladrillos, agua y electricidad. Los jefes de las bandas delictivas viven a menudo en la cima de las colinas y en las casas más lujosas.

– Zona de paz: Inicialmente, las zonas de paz fueron instauradas por las autoridades en 2013: se trataba de territorios donde la policía no podía entrar, a cambio de que las bandas o pandillas no cometieran más delitos. El sistema permitió que el crimen prosperara. Hoy, se llama “zona de paz” a aquellos lugares donde la policía ya no va. Cuando los delincuentes no quieren que la policía entre o que los habitantes salgan, dicen que “no se coman la luz”, una expresión utilizada también para no pasarse un semáforo en rojo.

– Vacuna: Extorsión que las bandas delictivas cobran a los comercios de la zona donde operan. Es el equivalente de “pizzo” o del “impuesto revolucionario” que se cobra en algunos países por el crimen organizado. En Venezuela, cuando se paga la vacuna, se está protegido. Es una de las principales fuentes de financiamiento de estas bandas.

– Sapo: Se trata de un informante, un ‘soplón’ o delator. Esto concierne a los informantes de la policía, pero también aquellos que hablan a la prensa o incluso comentan o critican públicamente a las bandas. Por esta razón, los barrios son usualmente zonas calladas, donde la gente sólo habla con reticencia de lo que ocurre. Por extensión: también se le puede llamar “sapo” a un policía.

– Causa: Amigo, colega. El nombre viene de una jerga jurídica. Una “causa” es una causa judicial. Quienes han cometido el mismo crimen se llaman “causas” entre ellos. A medida que se expanden, muchos de los miembros de bandas se llaman de este modo entre sí, para mostrar que son justiciables y que están orgullosos de serlo.

– Bruja: En principio, se refiere al nivel más bajo de la población carcelaria: violadores, asesinos de niños, pedófilos, pero también a los delincuentes sin organización. En la cárcel, son confinados al “brujazo” -el lugar de las brujas- para evitar ser agredidos o violados por los demás detenidos. Por extensión y por desprecio, el insulto también es usado para policías ahora.

– Caramelos: La palabra se refiere a las balas. En cambio, una “piña” equivale a una granada fragmentaria y una “pera” a una bomba lacrimógena.

– Ochentear: Matar a un delincuente. En sus inicios, el “80” era el código de la policía para identificar un delincuente abatido. La cifra fue transformada en verbo. “Cuadrar” es otro término usado por la policía cuando ejecuta a un delincuente y altera la escena para que parezca legal.

– Los de arriba: Se trata de una referencia a la ubicación geográfica de las personas. Las bandas florecieron en los barrios ubicados en las colinas. Sus miembros se ubican estratégicamente en la cima para observar mejor, pero también para que la policía deba penetrar el barrio desde lejos y, por tanto, correr riesgos para alcanzarlos. Por el contrario, los de abajo son policías o funcionarios en general.

AFP