Como todo lo que ha hecho el chavismo desde su trágica aparición y existencia, el tema económico ha resultado un bíblico fiasco. Del capitalismo de Estado pasó al socialismo del siglo XXI y después de su apoteósica ruina ahora transita al neoliberalismo más cruel y salvaje que hayamos conocido: el chavista. Neoliberalismo, vale señalar, que sólo beneficia a las elites de Fedecámaras, a los enchufados y a los corruptos de todas las horas.
Es decir, el peor de los mundos posible: comunismo para las clases más necesitadas y pobres y neoliberalismo para la élite empresarial de Fedecámaras.
El absurdo es inenarrable.
Un dólar al mes para el esclavo
Muertos Hugo Chávez y Fidel Castro, la corrupción y los enchufados nuevos ricos del chavismo han recurrido a la fórmula china de “apertura económica”, la dolarización de la economía y la liberación de precios, eso sí, con salarios mínimos de un dólar, sin garantías sociales ni beneficios al trabajador y con todo el sistema de salud, vivienda y seguridad colapsado. Han desarrollado, para sobrevivir, un neoliberalismo esclavista sin seguridad social ni jurídica.
Un caos perfecto para una tiranía también perfecta, donde unos cuantos chavistas y sus socios de Fedecámaras viven como reyes mientras el pueblo muere en la miseria.
El socialismo neoliberal anda en Ferrari y Lamborghini.
El modelo a seguir: Maduro
En ese caos neoliberal, las bandas criminales están imponiendo una salvaje guerra urbana que tiene en su haber decenas de miles de muertos por enfrentamientos entre bandas, ejecuciones extrajudiciales, crímenes comunes y robos a mana armada. Obviamente, los bandidos quieren parecerse a sus jefes Maduro, Flores, Cabello y Rodríguez, y vivir como ellos repletos de lujos. La situación empeorará porque cada día los desajustes sociales y políticos –pese a las ejecuciones extrajudiciales del chavismo– serán incontrolables.
Favorecer a criminales producirá más criminales, no sólo entre bandas, sino además entre policías y militares. No habrá ley, no habrá justicia, será un apocalipsis de muerte.
El neoliberalismo sin estado de derecho no es salvaje, es asesino.
Armados hasta los dientes (que son de oro)
La burbuja neoliberal sólo puede sostenerse en el tiempo cuando hay libertad, justicia y democracia. En Venezuela no sólo no habrá libertad ni justicia ni democracia, tampoco habrá paz porque el chavismo se dedicó a armar a los barrios para la guerra asimétrica y ahora miles de maleantes están haciendo su agosto asimétrico en un país sin ley. Ya aumentaron los robos y los secuestros, pronto aumentarán –aún más– los asesinatos.
Venezuela no es China ni lo será jamás. Venezuela, desde que apareció el chavismo, es una fábrica humana de criminales y maleantes.
Al hambre, la enfermedad y la inseguridad, agreguen pronto la guerra.
Les tocará a la puerta
Por otro lado, el efectivo circulante en dólares que hay en el país no proviene del intercambio en dólares de bienes (mercancías, objetos, etc.) y servicios producidos en dólares en Venezuela, no, el circulante proviene del narcotráfico. Pensar que ese cinematográfico horror devendrá en bienestar es ingenuo. Es comprensible que los enchufados de Fedecámaras celebren las barbaridades a los tiranos chavistas, nunca habían sido más privilegiados que ahora, es incomprensible que no vean que el crimen les tocará la puerta (los guardaespaldas serán sus verdugos).
El neoliberalismo chavista, pese a la apertura, la dolarización y la desregularización, no deja de ser chavista, es decir, criminal, narcotraficante, despótico y esclavista.
Lo único satisfactorio de esta catástrofe es que Castro y Chávez se retuercen en la tumba.
Otra hechura del chavismo.