La reina Isabel II es una de las personas más famosas y reconocibles del mundo, pero incluso ella puede pasar desapercibida en público a veces.
Por La Nación
Cada año, la monarca pasa parte de sus vacaciones de verano en Balmoral, su finca escocesa. Cuando está allí, suele cambiar sus habituales conjuntos de colores brillantes y broches llamativos por looks discretos en colores más apagados y disfruta de actividades simples como pasar tiempo con la familia y pasear a sus perros.
Durante uno de sus recorridos por la finca, la monarca se encontró con un grupo de turistas estadounidenses que claramente no tenían idea de que estaban hablando con la reina de Inglaterra, según relató Richard Griffin, un exoficial de policía que trabajó 30 años con la corona y hacía las veces de guardaespaldas de Isabel.
Citado por The Sun, Griffin contó que los turistas le preguntaron si vivía en la zona, a lo que la reina respondió que tenía una casa cerca (lo cual es técnicamente cierto, en la medida en que el castillo de Balmoral es una “casa”). Sin embargo, cuando los turistas le preguntaron si había conocido a la reina, su respuesta fue un ejemplo de ingenio: “No, pero este policía sí”, respondió, señalando a su acompañante.
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