El dictador norcoreano Kim Jong Un fue visto recientemente en público con una misteriosa marca en la parte de atrás de su cabeza, lo que avivado las especulaciones referentes a su estado de salud.
Por Infobae
La mancha oscura se vio por primera vez a fines de julio cuando el dictador asistió a una serie de eventos, incluido un desfile militar y una reunión con veteranos.
Lo que parece ser una herida, tiene una tonalidad verdosa y se veía desde distintos ángulos tanto descubierta como tapada por una gran vendaje de color crudo.
La mancha contribuye a las fuertes especulaciones sobre la salud del hombre de 37 años que empezaron a principios de este año cuando fue notorio la cantidad considerable de peso que perdió.
Lo más raro es que los medios estatales, ampliamente dominados por el régimen de Kim, lo describieron como “demacrado” y que su aspecto estaba “rompiendo el corazón de nuestra gente”, un enfoque que buscaba evocar simpatía por el gobernante que en declaraciones públicas ha admitido que su país vive una “gran crisis provocada por la pandemia”.
Según medios de comunicación que monitorean noticias de Corea del Norte, la marca en la cabeza pudo haber aparecido algún tiempo después del 11 de julio, porque en esa fecha fue visto en una aparición pública junto con músicos y no tenía rastros de ella.
No obstante, esta no es la primera vez que Kim aparece públicamente con una curiosa marca en su cuerpo.
En mayo del año pasado, se lo vio con una pequeña mancha oscura en la muñeca de lo que los expertos médicos afirmaron que podía ser la secuela de una vía utilizada durante una cirugía cardíaca.
La salud de Kim ha sido objeto de especulación internacional durante años, ya que su muerte plantearía interrogantes sobre la sucesión y la estabilidad en la nación norcoreana, que posee un considerable armamento nuclear.
El cigarrillo y la comida son dos de los conocidos vicios de Kim que le podrían generar graves problemas. Es más, el líder norcoreano ha sido obeso durante gran parte de su vida y su peso (hasta comienzos del 2021) perecía ir en aumento a medida que pasaban los años.
El padre de Kim, Kim Jong Il, y el abuelo, Kim Il Sung, también eran obesos y grandes fumadores. Ambos murieron de infartos.
Pero el actual líder parecía notablemente menos gordo en las imágenes de los medios recientemente publicadas por la agencia de noticias oficial KCNA de Pyongyang y en la televisión estatal.
Algunos observadores dicen que Kim, que mide alrededor de 1,70 y pesaba previamente unos 138 kilos, puede haber perdido entre 10 y 11 kilos.
La vida personal de Kim es normalmente un tabú para los medios estatales de Corea del Norte, que ni siquiera ha confirmado cuántos hijos tiene.
Los analistas dicen que Pyongyang está utilizando la apariencia de Kim como una forma de glorificarlo al retratarlo como un líder “dedicado y trabajador” mientras el país lucha por abordar su crisis alimentaria y otros desafíos.
“Si los observadores externos se dieron cuenta del cambio en la apariencia de Kim, puede apostar su último dólar a que los norcoreanos también lo notaron, y más rápidamente”, dijo Christopher Green, especialista en Corea de la Universidad de Leiden en los Países Bajos.
El dictador norcoreano ha sido visto en público con menor frecuencia en especial en el año en curso, lo que para muchos expertos podría deberse a un miedo de contagiarse de COVID-19, sobre todo en un momento de crisis para el país que dirige.
Las especulaciones sobre el origen de la extraña marca que tenía en la cabeza a finales de julio agregan más luces que sombras sobre el verdadero estado de salud del dictador.