Como hijo de la Universidad de Oriente, y al tiempo padre de numerosas generaciones de udistas por haber sido a lo largo de mas de cuarenta años, estudiante, docente, dirigente, directivo, doliente de un proyecto universitario realmente popular, escucho con espanto y vergüenza las palabras de otro hijo de la Universidad de Oriente (U.D.O.), ante una Asamblea Nacional que carece de reconocimiento ciudadano e internacional, pidiendo perdón en nombre de una Acción Democrática que ya no existe por la muerte de algunos dirigentes políticos.
Muerte o asesinato, que equipara en su discurso a la de titanes que dieron su vida por un proyecto de democracia con el de nombres que rindieron la vida en nombre de revoluciones que hoy sabemos sembradoras de hambre, de retraso y de mucha más muerte. Los frutos de ambos proyectos no pueden haber sido mas diferentes.
Me refiero a Luis Eduardo Martínez, a quien nadie ha escuchado quebrar una lanza, ni reclamar un derecho, en nombre de la universidad que le dio la formación profesional que aparentemente no necesitó como político. Mucho parece haber aprendido como dirigente, de los peores ejemplos que recibió de adecos que enterraron el ideario y accionar de Rómulo, Leoni, Luis Beltrán o de un negro Call para hacer el ejemplo mas local. O de cualquiera de esos bravos adecos a nombre de quien pidió perdón en su discurso.
¿Porque este zorro político no utiliza su púlpito para confrontar a este gobierno?
Pandilla de tiranuelos que usan la destrucción del intelecto y la academia como arma de entronización de un proyecto que agobia a Venezuela por medio de la idiotización y la popularización de la ignorancia. Es muy visible que nuestro recordado gobernador y alguna vez dirigente universitario, parece obtener mejores créditos en el manoseo de la personalidad de los hijos de las víctimas que ensalza, antes que en el legítimo reclamo por la destrucción sistemática de nuestra universidad. Universidad que quizás también consideró suya cuando era representante estudiantil de UDO70. Esa UDO que viene siendo quirúrgicamente desmembrada con la visible intención de acabarla.
Los dolientes de la universidad venezolana, despreciamos tu ejemplo Luis Eduardo. Ojalá y el reiniciar la universidad fuera objeto de un comando, del reseteo de una aplicación como las que usamos en nuestros teléfonos móviles. Ojalá y al término de esta pesadilla pudiéramos reiniciar nuestras universidades. Pero sabemos que esto es mucho mas complicado. Ojalá y nuestro escurridizo Fouché pusiera su experiencia al servicio de una mejor idea, como por ejemplo ayudar al rescate de su Alma Mater. Pero puede ser que ya no pueda, quizás en el camino perdió el Alma.
Por Dick E. Pulido Vielma.
Profesor Titular de los programas de Zootecnia y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Oriente (UDO), Núcleo Monagas. Ingeniero en Producción Animal UDO (1978), MSc Food Science Louisiana State Univ. (1982). Jubilado en 2003