El sector privado venezolano ha reiterado en múltiples ocasiones la ausencia de políticas que contribuyan a superar las dificultades generadas por la crisis económica, por un lado, que se han agravado por la pandemia de Covid-19, por el otro.
Una de las mayores denuncias del sector privado se refiere al incremento de impuestos municipales, a pesar de la coyuntura sanitaria.
«Los empresarios insisten en solicitar la suspensión del esquema de 7 días de cuarentena radical, seguidos de 7 días de flexibilización, implementado por el gobierno, pues argumentan que no permite una operatividad continua, lo que incide negativamente sobre los márgenes de ganancia», señaló la Voz de América.
-Aseo urbano-
Aunado a los impuestos y a la escaza productividad debido a los días de restricciones, se suma el costo del servicio de aseo urbano que puede llegar a ser uno de los más elevados del mundo, según Tiziana Polesel, presidenta de Consecomerio, que realizó un estudio comparativo utilizando como muestra negocios con características similares y estándares de auditoria para determinar si, en el país, el costo de recolección de basura está por encima de los estándares mundiales.
“En Toronto, por ejemplo, el aseo urbano que paga esa unidad comercial es de 0,66%, en Madrid una unidad similar paga en aseo el 0,42% y en Caracas, un establecimiento de esas características, antes de la pandemia pagaba el 8% y en este momento en promedio en las alcaldías que usamos para esta investigación, están pagando el 22%, encontrándonos con que en algunas alcaldías el pago llega a 29% en relación a los ingresos brutos», dijo Polesel la semana pasada.
“Recientemente salió una publicación que indica que hay una gran satisfacción en muchos municipios del país sobre la calidad de la recolección, yo me permito decir que sería el colmo si además no fuera un buen servicio, si estamos pagando probablemente un servicio de recolección de basura de entre los más caros del mundo”, añadió.
Polesel instó a los burgomaestres de todo el país a considerar que la necesidad de que sean conscientes de lo que significa para un establecimiento comercial y de servicios la “desproporción incluso dentro de estándares internacionales de lo que significa el cobro de un servicio”.
“En algunos municipios del país se han producido medidas de embargo a quienes no han pagado a tiempo el servicio de aseo; en otros municipios si no tiene al día el pago del aseo, no pueden ni siquiera declarar impuestos. Eso contraviene disposiciones legales y sin embargo está ocurriendo, es injusto que, si el establecimiento comercial está cerrado 7 días, no puede facturar, no puede trabajar, sí tenga que pagar el servicio”, expuso.
Y agregó que en otros países existe “cierta equidad” en el pago del servicio de recolección de basura, pero en Venezuela, los costos “los termina absorbiendo el comercio, la industria y los servicios”, como compensación por el impago en el sector residencial.
“Si el comercio tiene que estar pagando el servicio para compensar lo que no pagan las residencias, lamentablemente el consumidor está pagando igual, con la gran diferencia de que no lo ve y eso es, de alguna forma, engañar al consumidor. Queremos buenos servicios y sabemos que eso cuesta, el tema es que aquí hay una desproporción”, manifestó.
-Costoso-
La Voz de América destacó la historia de Juan Castro, quien tiene un comercio de bordados en el municipio Baruta del estado Miranda, el cual maneja sin empleados y le cobran mensualmente 88,44 dólares por servicio de recolección de basura.
A diferencia de locales comerciales vecinos que generan mayor cantidad de desechos y tienen mayores dimensiones, cada cinco días genera una bolsa de desechos inorgánicos. Sin embargo, dice que anteriormente pagaban “prácticamente lo mismo”.
El comerciante considera incoherente que lo «bloqueen del sistema de la Alcaldía», si deja de pagar el aseo urbano, cuando ese servicio está manejado por una empresa privada.
“La alcaldía no ha hecho mayor acción para solventar esta situación. Yo realmente veo un hecho visible de corrupción, una empresa privada que le paga a un organismo publico para que les permita realizar el servicio de recolección de basura. Me dicen que impute el costo a los clientes, pero si hoy con esta situación ya casi no se generan transacciones qué puedo vender si les imputo el servicio a los clientes, tendría que cerrar”, expresó.
E insistió en que «Con la actividad comercial a menos de media máquina o vives o pagas los servicios”.
“Yo siento que estamos un poco acorralados porque en teoría se iban a suspender los cobros de los impuestos por un tiempo, pero desde que empezó la pandemia yo lo que tengo es cobro y cobro y cobro de cada uno de los impuestos”, afirma.
La publicación también mencionó la experiencia de Maira Reyes, que no es muy diferente a la de Castro, aunque se encuentra a unos 400 kilómetros de distancia.
Es la propietaria de un establecimiento comercial en el estado Lara, y relató que el servicio de recolección de basura pasó de unos 15 dólares mensuales en diciembre del 2019 a 150 dólares mensuales este 2021.
Aseguró que, con esos costos, al igual que muchos otros comerciantes, momentáneamente decidió no pagar el servicio.
“Eso es sumamente costoso. Nosotros, cuando mucho, botamos una bolsa a la semana y básicamente lleva los papeles del único baño que tenemos y que es de uso interno, ni siquiera de oficina porque ya no imprimimos”, dijo.
La comerciante consideró como un “exabrupto” que cobren un monto tan elevado cuando su negocio no produce una cantidad significativa de desechos sólidos.
“Además no se puede pagar, no tiene sentido el monto. Si sólo trabajamos dos semanas al mes, es difícil hacer las ventas, es una cadena, las ventas han bajado, la mercancía no llega inmediatamente porque en una semana radical no se mueven todos los transportistas”, explica.