Un grupo de pedófilos condenados por abusar de menores ahora se “arrepienten” de sus delitos luego de haber sido encarcelados y castrados químicamente. Fueron entrevistados en televisión y cuentan sobre su “terrible” experiencia como parte de una campaña mediática de las autoridades de Kazajistán para advertir las consecuencias que recibirán los posibles agresores sexuales.
Por Clarín
“Sé que es dañino para mi cuerpo, sé que afectará mi salud en el futuro, ahora lamento haber cometido el crimen”, dijo un detenido, según publican los medios británicos. Otro convicto suplicó: “Con mi ejemplo, quiero mostrarles a los hombres que no deben cometer delitos tan terribles. Les ruego a los que me recetaron la castración química: cancelen su decisión. Todavía soy muy joven, necesito tener vida sexual”.
Kazajistán es un país euroasiático, su territorio se divide entre Asia Central y una pequeña porción en Europa. Formó parte de la Unión Soviética hasta 1991.
En lo que va de año, 25 pedófilos fueron condenados en Kazajistán a la castración química forzada según confirmó el vicepresidente del Comité de Policía Administrativa del Ministerio del Interior del país, Alexéi Miliuk. “Hasta la fecha, en las instituciones del sistema penal se encuentran 25 presos que están cumpliendo sus condenas, y que fueron sentenciados a medidas médicas obligatorias en forma de castración química”, especificó Miliuk. Según constató el vicepresidente del comité, en 2020, el número de delitos sexuales contra menores aumentó en el país en un 4,8 %.
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