La vida en Marte no será fácil. Nada fácil. Especialmente para los primeros astronautas que viajarán al planeta rojo. A los rigores de su clima, endurecido por una temperatura media muy poco amable de -46 ºC que puede llegar a un valor mínimo de -87 ºC, se une una atmósfera extraordinariamente rica en dióxido de carbono e intimidantemente pobre en oxígeno. Así lo reseñó Xataka.
No obstante, estas no son las únicas dificultades a las que se enfrentará el ser humano cuando coloque sus pies en este mundo tan cercano y tan distante a la vez.
Los recursos de los que dispondrán las personas que formarán parte de las primeras misiones tripuladas a Marte serán muy escasos. Terriblemente escasos. No podrán permitirse desperdiciar la más mínima cantidad de oxígeno, agua, energía o víveres. Y, para rizar el rizo, cuando necesiten comunicarse con la Tierra se verán obligados a armarse de paciencia.
Cualquier mensaje que envíen tardará 11 minutos en ser recibido debido a que es el tiempo que invierte una señal que viaja a la velocidad de la luz en recorrer los casi 480 millones de kilómetros que separan Marte y la Tierra. Puede parecer que 11 minutos de desfase no es mucho tiempo, pero lo es si se produce una emergencia y los astronautas necesitan recibir instrucciones para saber cómo deben reaccionar.
Además, como es lógico, el mensaje con la respuesta procedente de la Tierra tardará otros 11 minutos en llegar a Marte. Aunque asumamos que el control de misión reaccione de forma instantánea y envíe sus instrucciones nada más recibir la consulta procedente del planeta rojo, algo que es sencillamente imposible, los astronautas se verían obligados a esperar un total de 22 minutos. Y esto implica que si la emergencia es acuciante probablemente tendrán que decidir por su cuenta cómo deben proceder.
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