Corea del Norte amenazó el miércoles con responder a un ejercicio militar entre Estados Unidos y Corea del Sur que, según afirma, es un ensayo de invasión.
Por: Theworldnews
El alto funcionario de Corea del Norte, Kim Yong Chol, condenó a Corea del Sur por continuar con los simulacros aliados y advirtió sobre las contrarrestaciones no especificadas que harían que Seúl “se diera cuenta por minuto” de que había entrado en una crisis de seguridad.
Su declaración se produce un día después de que Kim Yo Jong, la poderosa hermana del líder Kim Jong Un, dijera que los simulacros eran la “expresión más vívida de la política hostil de Estados Unidos” hacia Corea del Norte, y agregó que Pyongyang trabajará más rápido para fortalecer sus capacidades de ataque preventivo. .
Llamó a las autoridades de Seúl “pérfidas” por los ejercicios militares conjuntos del Sur y exigió que Washington retirara sus fuerzas de la península.
“Para que la paz se establezca en la península, es imperativo que Estados Unidos retire sus tropas de agresión y sus equipos de guerra desplegados en Corea del Sur”, dijo.
Estados Unidos y Corea del Sur no han confirmado cuándo se llevarán a cabo los simulacros, pero los medios locales informaron que esta semana se llevó a cabo un entrenamiento preliminar para realizar simulacros más grandes simulados por computadora del 16 al 26 de agosto.
Pyongyang ha considerado durante mucho tiempo los ensayos de instrucción para la invasión, pero el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, enfatizó que eran “de naturaleza puramente defensiva”.
“Como hemos sostenido durante mucho tiempo, Estados Unidos no alberga ninguna intención hostil hacia la RPDC”, dijo Price a los periodistas en Washington, utilizando las iniciales del nombre formal del país, República Popular Democrática de Corea.
“Apoyamos el diálogo intercoreano, apoyamos el compromiso intercoreano y continuaremos trabajando con nuestros socios (surcoreanos) con ese fin”, agregó.
En un comunicado, el gobierno de Corea del Sur pidió a Corea del Norte que respondiera a sus ofertas de diálogo y dijo que “aumentar las tensiones militares en la península de Corea no ayudaría a nadie”.
Los analistas dicen que Pyongyang ha estado tratando de explotar la desesperación de Seúl por un compromiso intercoreano, presionando al Sur para que abandone los ejercicios militares aliados y extraiga concesiones de Estados Unidos en su nombre mientras la diplomacia nuclear más grande permanece estancada.
El Reino Ermitaño puso fin a una pausa de un año en las pruebas balísticas en marzo al disparar dos misiles de corto alcance al mar, continuando la tradición de probar nuevas administraciones estadounidenses con demostraciones de armas.
Pero no ha habido lanzamientos de prueba conocidos desde entonces, ya que Kim Jong Un centró los esfuerzos nacionales en defenderse del COVID-19 y salvar una economía quebrada dañada aún más por los cierres fronterizos pandémicos.
En los comentarios del miércoles, el alto funcionario del partido gobernante, Kim Yong Chol, dijo que Corea del Sur desperdició su oportunidad de mejorar los lazos al optar por “alianzas con forasteros, no armonía con compatriotas, escalada de tensión, no distensión, y confrontación, no mejores relaciones”.